3/31/2012

Tacuara 2 en Fierro 66


Llega nuestra segunda entrega de esta historia negra y jodida en la Argentina del 60. Dibuja como los dioses Dante Ginevra.

3/28/2012

"Los Canillitas" en Tiempo Argentino





El diario Tiempo Argentino publica una entrevista a Diego Agrimbau y Fernando Baldó con motivo de la presentación de Los Canillitas en el MALBA el miércoles pasado. Para leerla:

http://tiempo.infonews.com/2012/03/23/cultura-71070-la-tira-los-canillitas-de-tiempo-argentino-ya-tiene-libro-propio.php

3/27/2012

"De Leche, Dulce" en La Bitácora de Maneco

DULCE. COMO LA VIDA

Color claro. Cuerpo firme y cremoso, untuoso y sostenido. Sabor suave e intenso, acaramelado y concentrado. Mantiene el equilibrio entre naturalidad y salud. Bajo en grasas y calorías, ideal para saborear en compañía de un rico desayuno, una merienda con tostadas untadas, un café con una porción de torta o algún plato dulce. Sus valores diarios son los ideales para las necesidades energéticas de los consumidores. Frases que uno podría encontrar en la etiqueta de cualquier pote de dulce de leche (de hecho, de ahí vienen); y que le caben con precisión a este delicioso De leche, dulce, de los rioplatenses Roy y Lucy Makuc, historieta con la cual las editoriales uruguayas Dragon Comics y Grupo Belerofonte ingresaron al mundo de las viñetas infantiles.


Como el dulce de leche, De leche, dulce es familiar, tradicional y clásico a la vez. Cuenta una historia conocida y pequeña, que no es otra que la del origen de la creación (descubrimiento casual, mejor dicho) de esta popular combinación de leche y azúcar, hervida hasta haber alcanzado el espesor y el caramelizado que toda boca retiene en su memoria gustativa. Origen difícil de establecer, ya que son muchos los países productores que dicen exhibir los pliegos de su invención. Arrancando por la Argentina y el Uruguay; y llegando al resto del continente. Por ello, tal vez, sea correcto escribir que De leche, dulce cuenta uno de los orígenes conocidos de la creación (descubrimiento casual, mejor dicho) de esta popular combinación de leche y azúcar, hervida hasta haber alcanzado el espesor y el caramelizado que toda boca retiene en su memoria gustativa, más allá del nombre con que se lo denomine: Manjar, Manjar Blanco, Leche de Burra, Cajeta, Arequipe, Queso de Urrao, Fanguito, Bollo de Leche, Doce de Leite…


Lo más sustancioso de este libro (amén de las recetas incluidas sobre el final), al menos para mí, está en el poder que tiene el relato para remitir a contextos que están por fuera de lo verbalizado, la capacidad de hacernos evocar los tiempos de la esclavitud en la Colonia a través del idealizado amor (colmado de felicidad o empañado de tristeza) que sustenta la relación entre los protagonistas. Un pequeño espacio de ternura que hace del dulce del dulce de leche el mejor antídoto para lo amargo del dolor. La sensibilidad con que Roy y Lucy Makuc abordan estos sentimientos humanos, identificando los sabores particulares de cada uno para hacérnoslos degustar sin prisa y sin pausa.
Se recomienda mantener De leche, dulce en lugar fresco, seco y al abrigo de la luz. Pero, sobre todo, siempre al alcance de los niños.
Fernando Ariel García

3/16/2012

"El Club de los Ilustres" presenta su blog




Desde esta semana y hasta el momento de su edición, todos los jueves encontrarán novedades de nuestro nuevo libro (junto a Guillermo Hansz) "El Club de los Ilustres" en su propio blog:

http://elclubdelosilustres.blogspot.com/

Salute!

3/09/2012

"Tacuara" arranca mañana en Fierro 65


Mañana arranca nuestra nueva aventura en Revista Fierro. Con el gran amigo Dante Ginevra volvemos a bucear en la historia argentina y esta vez sacamos a flote un relato oscuro, jodido y amargo entre los años 1955 y 1973. No adelanto más nada, mañana en quioscos, señoras y señores!

3/06/2012

"Aloha" reseñado en Telam



“Aloha”, un viaje de sueños en cuadritos

Dolores Pruneda Paz

La historieta "Aloha", de la uruguaya Maco, es un relato circular y onírico de una chica que busca a su mascota por dimensiones extrañas, una narración poco convencional que puede ser leída de esa manera, saltándose cuadros, zigzagueando entre ellos o empezando por el final.

A lo largo de las 62 páginas coeditadas por Loco Rabia y Belerofonte, una joven de pelo corto y remera rayada busca al ratón Máximo en un paseo que la lleva del fondo del mar al interior de troncos gigantes y cuevas oscuras, ciudades del futuro, mansiones embrujadas o casitas de barrio que caen como cartones.

María Concepción Algorta Figari (Montevideo, 1987) armó "Aloha" partiendo del material del blog www.divididomaco.blogspot.com que creó en 2009, y entonces el lirismo de las aventuras barriales de "Paseo" se mezcla con situaciones nuevas y Máximo, la mascota de "Radio-cómic" que siempre aparece desde la derecha de la viñeta -"que es el futuro", explica su autora- para plantar alguna máxima y retirarse por donde vino.

Esta "historieta experimental", así la define su autora, se desarrolla en cuadritos blanco y negro que soportan varias secuencias en simultáneo y permiten al lector armar sus propios pasajes.

"Cuando empecé a dibujar ese personaje en el blog, (la chica) era yo -señala-, sólo que tenía el pelo más largo, pero nació de historias autobiográficas y quedó así en las ficciones".

Maco cuenta que dibuja en silencio y debajo de una ventana con mucha luz, "si no, me distraigo mucho, y a veces me olvido lo que voy a dibujar".

`Tele` no mira, pero en 2011 vio la serie "Lost” por Internet y cree que "capaz eso puede haber influido para manejar un poco los `flash forward` (destellos del futuro), mucho `flash back` (destellos del pasado), y viajes en el tiempo".

"Me gusta dibujar sin pensar mucho el por qué, porque me gusta disfrutar de las cosas sin entenderlas, y en "Aloha" se nota una circularidad en la historia de principio a fin”, dice.

No se trata de buscar distintas lecturas, asegura: "Cuando dejo mbigüedad para ver qué cuadrito va después es un juego, elegís uno, los dos, o lo que quieras".

"No es como `Elije tu propia aventura` -aclara-, porque la página de atrás será la siguiente siempre, pero a veces los ojos ven cuatro cuadros, otras dos... decidí que fuera así porque me gusta la libertad, sin buscarle significados".

Aunque estudió cinco años arquitectura (se nota en los cortes de algunos edificios que aparecen en el libro -"te puedo asegurar que eso no se cae", aclara-), ahora estudia Bellas Artes en Montevideo pero es más bien autodidacta.

"Cada libro para mí es un estudio. A Christ Ware (dibujante estadounidense) siempre lo nombro como influencia por lo que hace con las viñetas, un juego muchísimo más salado que el mío, lo suyo son viajes de sueños, me encanta esa experimentación".

Lo que no le gusta es el término novela para su primer libro: "Lo que yo entiendo por novela gráfica tiene que tener más fuerza en el guión y a este libro no le puse ningún texto", explica.

"A mí me gusta que el peso del libro se vea en cada página por separado, como en unidades -acota-. Así lo planteé cuando lo hice, desarrollaba de principio a fin cada página en blanco, así que no sé de qué género es. En realidad es una historieta experimental. No sé si hay necesidad de encasillarlo o ponerle título".

Sus historietas "tienen una especie de perfil bajo -asegura-, una cosa de suavidad, tranquilidad. Mis cómics son `tranquis`, no tienen muchas pretensiones y ese clima debe ser el que da sensación de silencio o de pocas palabras, porque en algunos lugares mis personajes no paran de hablar".

Cuando armó "Aloha" se sentaba frente a la hoja sabiendo qué era lo que iba a pasar ahí, el hilo conductor era cada frase con la que definía qué hacía su personaje en cada página: "`Encuentra a Máximo`, `sube a una cueva`...", grafica.

"Tenía la idea y la tiraba en tinta -repasa-; ni siquiera dibujé miniaturas, algunas imágenes son viejas, cosas del blog, y otras son de ahora, pero el libro lo hice de corrido. Junto con la idea encontraba la forma de dibujarla".

Este relato, resume, "son distintos estados de ánimo, la libertad con que lo armé me dio más libertad para poner cosas tiernas y otras más ácidas, y cuando trabé el guión, lo hice sin ninguna limitante".

"Quise mantener las cosas que gustaban pila, como el espíritu del blog, y traté de trabajar lo más libre que pude para divertirme y que quedara eso, el disfrute del viaje", concluye.