8/23/2012

Presentación de "El Club de los Ilustres"


"El Club de los Ilustres". Sátira histórica o historieta de aventuras? Descúbralo ud mismo! La novela gráfica de Rodolfo Santullo y Guillermo Hansz, ganadora de los Fondos Concursables, se presenta formalmente con copa de vino y charla alusiva este jueves 30/08 en el Centro Cultural Simón Bolivar (Rincón 747), 19:30 hs. Están todos invitados!

8/13/2012

"Dengue" en Cuadritos

Pican, pican los mosquitos

por Andrés Valenzuela 


Un gran trabajo de dibujo y color acompañan un guión sin fisuras

Meses atrás, Rodolfo Santullo confió a Cuadritos que con su siguiente novela gráfica en compañía de su coterráneo Matías Bergara iban a desconcertar a más de uno, porque no iban a recorrer el camino de la historieta histórica. “Esto va para cualquier otro lado”, afirmó. Tenía razón. El guionista mexicano-uruguayo, responsable de Grupo Belerofonte y presidente de la Asociación Uruguaya de Creadores de Historieta, no habla aquí de nazis en Montevideo ni de dictadura latinoamericana. Tampoco recorre los años del primer peronismo, como hace en Fierro con su otro compadre, el argentino Dante Ginevra.
No. En Dengue -que presentará hoy a las 16 en Crack Bang Boom junto a otros libros de su sello- Santullo habla de calentamiento global, de medios, de investigaciones farmacéuticas y, sobre todo, de mosquitos. Porque se trata de una novela gráfica que oscila entre el relato de ciencia ficción y el policial más o menos negro. Como además el guionista tiene un oído muy atento al habla rioplatense, se cuela algún que otro ribete de costumbrismo gracias a la naturalidad con la que dialogan los personajes.
¿De qué va la cosa? En el sur americano el calentamiento global convirtió a Montevideo en una ciudad “tan tropical como Managua”. De suerte que la gente se olvida qué era eso de usar pullover, pero aprende bien pronto a tener que usar trajes aislantes (un extenso homenaje al Eternauta), porque el aire se oscurece de tantos mosquitos. Bichitos que, además, transmiten el dengue. El problema con esto es que no sólo contagian el dengue, y el dengue hemorrágico. También contagian algo más.



La dupla se lleva bien con la ciencia ficción y el policial

Con esa premisa, buenos personajes -creíbles, bien montados- y una trama muy bien urdida, Dengue tiene una historia de alto nivel. De esas que se exigen a la hora de hablar de aventura moderna. Hay un punto muy importante y destacable en los personajes, que no son tantos (dos, tres centrales, y una media docena de personajes secundarios más o menos relevantes), pero están bien definidos. Todos tienen sus vicios, sus motivaciones y sus frustraciones para hacer avanzar la historia. Santullo suelta algo de humor áspero y mucho suspiro de sudaca resignado a que las cosas no marchen como se supone.
La otra pata del trabajo se lo lleva un Bergara sobresaliente. Si el trabajo del muchacho en Los últimos días del Graf SpeeActo de guerra había gustado, aquí la cosa sólo podría molestar a quienes porfiaran con que mantuviera su trabajo en acuarelas. El uruguayo gana en plasticidad y ofrece rostros muy bien definidos, con personalidades propias y fuertes. La gestualidad del Sargento Pronzini, personaje central de la historia, es impecable. Algo jetón, el mentón adelante, las sienes blancas, la barriga y los hombros algo caídos.
El color (digital, esta vez) le quita calidez a la narración, pero la vuelve más vibrante, lo cual acuerda con el tono que Santullo parecía desear para el relato. Lo notable es que Bergara recurre a una paleta bastante oscura, en la que predominan los azules. Si otro color gana la página, suele ser el tono  del crepúsculo. Está bien que así sea: a los personajes, al cabo, los cubrieron los mosquitos. Y los mosquitos, como esta historia, pican.


La connivencia entre gobiernos y corporaciones, central en la trama.

 http://avcomics.wordpress.com/2012/08/11/12517/

8/02/2012

Cardal en Cuadritos

A morir en el cardal

Andrés Valenzuela


Historieta rioplatense, género que habría que empezar a estudiar en sí mismo

Si fuera por tema y dibujante -las Invasiones inglesas, Dante Ginevra-, Cardal debería reseñarse un martes, cuando toca historieta argentina. Pero como el guionista, sus editoriales y la ambientación -Martín Bentancor, Belerofonte/Estuario, las afueras de Montevideo- son todos uruguayos, al libro le toca ser reseñado un viernes.
La currícula escolar suele mencionar que sí, que las Invasiones Inglesas al Río de la Plata incluyeron el asalto a Montevideo, que por entonces era tan parte de las colonias españolas en la América del Sud como Buenos Aires, Córdoba y el Alto Perú. Pero la estampilla de las revistas infantiles locales suele ilustrar la cuestión, con alguna panorámica porteña, el viejo puerto atestado de barcos y quizás a algún muchacho calentando aceite para arrojar al invasor (vale acotarlo: algunos historiadores sugieren que más que aceite, podría haberse usado agua, porque el aceite era carísimo). Las estampillas infantiles suelen obviar a los comunes que cayeron en batalla. Más si fueron a morirse lejos, en las afueras de la ahora capital uruguaya.
Porque de eso va Cardal, de la primera resistencia montevideana contra el asedio inglés y de la batalla que los irregulares del comandante Bernardo Lecocq plantaron a las tropas inglesas. Como la confrontación puntual es apenas una anécdota, Bentancor y Ginevra aderezan el relato con varias líneas argumentales, historias truncas (porque así son la mayoría de las historias de guerra) y solapados comentarios sobre la vida colonial. Que de eso -además de obligar al periodismo a caer en la cacofonía- se trata la Historia y la historieta histórica.



Bentancor construye la historia a partir de pequeños personajes, pinceladas del conflicto mayor

Bentancor propone seguir los acontecimientos del Cardal como una suma de pequeños momentos, pequeñas personas, que se van conectando unos con otras. Ahí va la partida de exploración a batir el terreno y ver dónde desembarca el enemigo. Allí cómo se involucran en la acción algunos que pueden tener poder de decisión o no, pero que para bien o para mal están metidos en el mismo brete. En este sentido, el guionista elude la épica -que a veces se vuelve pesada en la historieta histórica- y se concentra en las consecuencias personales de un asedio, en lo que la batalla inminente revela de los personajes que la recorren. Al punto que aquí las tropas ingleses son más bien un catalizador de la vida de los protagonistas.
En el prólogo, el editor -Rodolfo Santullo- advierte que se trata de la primera historieta de Bentancor. Dice también que no se nota. Y tiene razón. Hay gran manejo del ritmo narrativo -aunque allí es probable que haya buena mano de Ginevra, que de dominio en ese campo dio ya sobradas pruebas- y un uso juicioso del texto. Quizás por poeta, quizás por periodista -dos disciplinas que a veces deben retacear palabras-, el uruguayo se las arregla para decir lo justo y preciso.
El trabajo de Ginevra, en tanto, es bueno, aunque quizás no está a la altura de otros de sus trabajos más sólidos. Las imágenes fluyen muy bien y son particularmente expresivas, sobre todo porque la técnica utilizada le dota a la novela gráfica el clima que necesita, ese que asemeja a la madrugada, cuando la vida oscila entre la nitidez y la neblina. Se advierte, sin embargo, cierto apuro en algunos pasajes, en particular en los planos generales de batalla. Allí los elementos en segundo plano no tienen el mismo dinamismo y fuerza que guardan los detalles más cercanos al punto de vista que propone el dibujante.


El dibujo aporta clima, pero a algunos pasajes les falta una pizca

En el balance se aprecia una historia bien contada, bien dibujada y con un enfoque interesante de acontecimientos centrales en la conformación de las naciones rioplatenses.

 http://avcomics.wordpress.com/2012/06/01/11956/