5/27/2015

"Firebunny" es el ganador del concurso de historieta "Nuevos Autores"


El conejo es el animal más tierno que existe... hasta que agarra un lanzallamas!!! Pablo Fernández es el ganador del primer concurso de historieta "Nuevos Autores" (coordinado por Nueve Grullas y Grupo Belerofonte) y su libro debut nos lleva por un delirante viaje en laboratorios, experimentos, conejillos de indias y una venganza grabada a fuego.

5/22/2015

"Osoconalas" nuevo lanzamiento de Grupo Belerofonte




Osoconalas es la recopilación en formato "libro objeto" de una selección de tiras del personaje realizado por Lucrecia de León entre el 2009 y 2015,  ­ algunas con perfil humorístico y otras de carácter más reflexivo­. Una mirada distinta al humor, una perspectiva diferente.


Osoconalas resultó ganador de los Fondos Concursables del Ministerio de Cultura en su edición 2014. Es una nueva coedición con los amigos de Editorial Estuario.

5/18/2015

"Inspector Bull" en La Bitácora de Maneco

INSPECTOR BULL: ESTUDIOS EN ESCARLATA

Inspector Bull. Guiones: Carlos Albiac. Arte: Horacio Lalia. Portada: Horacio Lalia. 240 páginas en blanco y negro. Loco Rabia/Grupo Belerofonte. ISBN: 978-987-3712-00-5. Argentina/Uruguay, abril de 2014. 

Goya tenía razón. El sueño de la razón produce monstruos. Monstruos humanos que nos permiten reconocernos en su muestrario de vicios básicos, en sus tortuosas relaciones familiares, en la capacidad para traicionar amores y amistades como si nada. Burros de carga de esperanzas difusas que transmutarán, con prisa y sin pausa, en crímenes concretos. Frutos de la sangre y el odio, de la miseria existencial y la desesperación económica. Hombres y mujeres que perdieron el rumbo, escoria envuelta en andrajos o vestida con sedas y oropeles. Viejas leyendas liberadas por el humo del tabaco, por el peso de la culpa. 


De estos estragos está compuesto el mundo del Inspector Bull, la serie que Carlos Albiac y Horacio Lalia realizaran para Italia a principios de los ’90, que leyéramos incompleta en la efímera Hora Cero de La Urraca y un número de 45 Toneladas editado por Perfil; y que compilada ahora en un solo libro se nos abre a otros planos de lectura. Tour de force por el Londres victoriano, enclavado en el imaginario literario del mundo y el género del policial más amplio, el que está ligado a la aventura, al misterio, al terror, al romance trágico. Adherente fervoroso al modelo impuesto por el Sherlock Holmes clásico, el que sabe combinar sus dotes deductivas con un buen par de puñetazos.

Abordados por separado, estos 13 episodios unitarios, estos 13 casos cerrados sobre sí mismos, siguen manteniendo su condición de historias cortas, directas y al hueso, resueltas en tiempo real en sólo 14 vertiginosas páginas. Son piezas criminalísticas pre CSI, engranajes de una noria vehemente y oscura, que nos lleva del misterio a la resolución, sin escalas y sin escapatoria posible. Pero leídos de corrido revelan un patrón, que tiene que ver con la alteración de un orden, impuesto por el Hombre sobre el Hombre; y el proceso de su restauración por obra y gracia de Bull. 


Todo en esta historieta pareciera ser resultado de un pasado que quedó inconcluso, detenido en el tiempo, encapsulado en pústulas listas para estallar y salpicar su pestilencia. De ahí que el cerebro sobreviviente de Bull (y el inmenso oficio de sus autores) vaya desarticulando su apariencia de personaje calculador e inconmovible para convertirse (construirse) en persona con el paso de los episodios. Facetando hobbies, intereses diversos y una vida amorosa que desarticula su lógica de pensamiento. Como pocos en esa Londres ominosa, espejo de otros tiempos y otras geografías, Bull aprende a sacar la cabeza por encima del ahogo general, inspirando un poco de libertad, placer y reposo. 
Tomando algo de aire puro antes de seguir metiendo sus narices en la mierda. 
Fernando Ariel García

5/14/2015

"Cuando salí de La Habana" en Zona Negativa

portada_Frank_Arbelo_Cuando-salí-de-la-Habana

Historietas desde Latinoamérica #62 – Cuando salí de La Habana

 
portada_Arbelo_Cuando-salí-de-la-Habana Edición original: Cuando salí de La Habana (Loco Rabia, Ex Abrupto, Grupo Belerofonte).
Guión: Frank Arbelo, adaptaciones literarias de Enrique Ánderson Imbert, J. J. Arréola, Augusto Monterroso y Max Aub (entre otros) y colaboración de Omar Giménez y Diana Pazos.
Dibujo: Frank Arbelo.
Entintado: Frank Arbelo.
Formato: Rústica, 144 páginas.

 
Pocos libros más latinoamericanos han pasado por esta sección como el que tenemos entre manos hoy. Cuando salí de La Habana es un recopilatorio de historietas de Frank Arbelo, un autor nacido en Cuba que vive en Bolivia desde hace casi veinte años; su edición corre por cuenta de tres sellos de los cuales don son argentinos (Loco Rabia y Ex Abrupto) y uno uruguayo (Grupo Belerofonte); y además, varias de las historietas son adaptaciones de cuentos de diferentes escritores originarios de distintos países de la región como ser Guatemala, México o Brasil (y también de Europa).
Bastante demoramos en incorporar, entonces, a Cuando salí de La Habana en estas Historietas desde Latinoamérica. Pero no solo por abarcar varios países de esta parte del mundo de una forma u otra, sino también por la calidad, el atractivo y el interés que tiene el trabajo de Frank Arbelo, un hecho que trasciende a esta sección y a la región para extenderse a todos los lectores de cómics.
El libro data de mediados de 2012 y reúne en sus casi 150 páginas una veintena de historietas publicadas en diferentes medios (revista Fierro, revista Crash!! y el blog Historietas Reales, entre ellos) durante varios años previos al momento de esta edición. Para darle un orden y cierta coherencia al libro recopilatorio, todo este material está dividido en siete secciones: historietas cortas, en colaboración con Omar Giménes y Diana Pazos, adaptaciones de cuentos de Enrique Ánderson Imbert, adaptaciones de Juan José Arreola, variaciones sobre El Dinosaurio de Augusto Monterroso, adaptaciones de Crímenes Ejemplares de Max Aub y otras adaptaciones.
Algunos de los rasgos distintivos y comunes a todo el trabajo de Arbelo recopilado en Cuando salí de La Habana son la brevedad de todas las historietas (pocas abarcan más de cinco páginas), la capacidad de dibujar en muy variados estilos, y el dar su toque autoral cuando se trata de adaptar el trabajo de otros.
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En este último aspecto cabe destacar lo que hace con el microrrelato El Dinosaurio, considerado uno de los más cortos del idioma español; este dice: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Arbelo toma esa frase y ofrece siete versiones completamente diferentes, jugando con los sentidos de la palabra pero con la misma estética de dos recuadros grandes por cada uno. Eso mismo puede apreciarse en las adaptaciones de los Crímenes Ejemplares elaborando personajes y sus pequeños mundos a partir de los breves relatos de Max Aub. Y ocurre de igual manera con El Cosmonauta de Nicolás Guillén, llevando a la historieta de manera creativa y divertida ese poema.
En cuanto a los estilos, esta muestra de la obra historietística de Arbelo parece indicarnos que él puede dibujar lo que quiera y cómo quiera; se ven trazos muy diferentes, varias formas de relleno y hasta distintos materiales con los que trabaja.
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Y en lo que respecta a la brevedad, el autor demuestra en ella su capacidad narrativa al enganchar al lector en reiteradas ocasiones con mundos y personajes que nada tienen que ver entre sí, y en otras tantas oportunidades sorprende por sus recursos para resolverlas ingeniándoselas para sorprender, impactar, conmover. Aunque lo advierta el prólogo de Alejandro Farías diciendo que “Arbelo construye sus relatos en función del final porque es allí donde reside toda su potencia”, sus desenlaces no pierden efectividad. La corta extensión de las historietas puede ser un punto en contra del libro porque ello propicia a una lectura rápida, pero no le resta demasiado por el hecho mismo de que su impacto dejará un efecto duradero en el lector al igual que por su formato este libro será apropiado para retomar y (re)leer en cualquier página que se abra.
Un punto que sí puede ser señalado como negativo es que el libro se haya impreso íntegramente en blanco y negro cuando algunas de las historietas fueron realizadas originalmente a color. Si bien se pierde algo en el paso de estas a grises, es igualmente comprensible que se haya optado por esto tanto por los costos de impresión como por mantener una estética a lo largo de las páginas.
Y, por supuesto, ello no impide el disfrute de la lectura y la apreciación de las historietas de Frank Arbelo.

Nací al mundo del cómic siendo muy chico con un viejo tomo recopilatorio de Ediciones Zinco de la Legión de Super-Héroes, que era el del crossover con Superman que contaba la historia del Superboy del Universo de Bolsillo y demás, una trama muy intrincada que no entendí del todo hasta varios años después. Aún así, fue una buena introducción al Universo DC y todas sus complejidades. Con los años, los gustos e intereses se esparcieron, haciendo que luego de un largo tiempo de hablar sobre DC Comics, hoy me ocupe de otros menesteres del enorme mundo del cómic.


5/04/2015

"Control de Plagas" en 365 Cómics por Año

25/ 04: CONTROL DE PLAGAS

Hoy volvemos a visitar un conurbano bonaerense post-apocalíptico, pero acá no hubo una plaga de zombies tristes, sino que nuestra realidad fue invadida a través de un vórtice interdimensional por toda clase de vampiros, fantasmas, licántropos, monstruos y –por supuesto- zombies. Con reglas parecidas, la sociedad siguió funcionando, aunque siempre al borde del colapso. En ese contexto sobreviven (y facturan bastante bien) Wang y el Chino, dos duros exterminadores de monstruos y criaturas sobrenaturales que combaten a esta epidemia con huevos, ingenio y fuerza bruta, según sea el caso a resolver.
Sobre esta base, Max Aguirre y Jok crearon una serie de aventuras que combinan con mucho equilibrio la comedia, la acción y el terror. Como los guiones los escribe Aguirre (que hace años se gana la vida con el humor gráfico) los chistes muchas veces ganan la pulseada, y está bien que así sea. Me he reído muchísimo con algunos diálogos de este libro, en los que Aguirre saca a relucir su chapa de graduado summa cum laude de la Universidad de la Calle. Esa sabiduría suburbial, atorranta, le permite al guionista mirar al género del terror y sus convenciones desde una óptica muy fresca, muy impredecible y muy aguda. Y por supuesto, usa al humor para cortar climas muy espesos que se generan cuando los personajes están envueltos en kilombos mayúsculos que involucran a amenazas sobrenaturales realmente peligrosas. De hecho, a medida que pasan los episodios, Aguirre hace cada vez más hincapié en los compañeros del Chino y Wang que ya no están, que no vivieron para contarla.
O sea que, con chistes y bizarreadas, esta es una historia fuerte, con un contenido dramático insoslayable. Y con un elemento 100% cautivante como es el contrapunto entre las personalidades de Wang y el Chino, que no pueden ser más opuestas y que Aguirre explora a fondo como fuente de nuevos chistes pero también para aumentar la tensión en cada una de las misiones.
El dibujo de Jok está muy, muy bueno, totalmente jugado al claroscuro. Acá sólo hay línea, mancha y espacio. Blanco puro o negro pleno, nada más. Y con eso, Jok logra lo indecible. El único problema que le veo es que es un estilo un toquecito difícil de digerir para el que no tiene una cultura gráfica vinculada al dibujo. Se lo das a un pibe que sólo mira dibujos animados y me parece que no le va a gustar, o que le va a costar entenderlo, porque la estética de Jok requiere una cierta decodificación. Obviamente que si leíste a los maestros del claroscuro (Breccia, Muñoz, Pratt, Risso, el Miller de Sin City, el Mignola más extremo) esto te va a resultar tan familiar como atrapante, porque además Jok te engancha con la puesta en página, con la composición de la viñeta, con los detalles que mete… hasta la colocación de los globos de diálogo es impecable. No sé cómo le puede pegar esto a un neófito, pero si ya sos fan de este discípulo aventajado de Oswal, lo vas a disfrutar a pleno.
Además de las aventuras del Chino y Wang, el libro incluye 64 páginas de una especie de enciclopedia de criaturas y monstruos. Son 32 textos acerca de sendos bichos, cada uno con una ilustración de un dibujante distinto. En este segmento participan varios guionistas invitados (Rodolfo Santullo, Luciano Saracino, Federico Reggiani, Diego Cortés, Roy, Alejandro Farías, y hasta referentes del periodismo como Martín Pérez o Andrés Valenzuela, o de la literatura, como Leonardo Oyola) y 32 dibujantes, entre los que se destacan Tute, Quique Alcatena, Nicolás Brondo, Alejandra Lunik, Lauri Fernández, Carlos Aón y Horacio Lalia. Una muy linda idea para “inflar” la cantidad de páginas del libro y a la vez abrirle el juego a un montón de otros autores con algo que va mucho más allá de la remanida galería de pin-ups. Y también hay un par de pin-ups, cómo no, todos dibujados por el propio Max Aguirre, como para contraponer su visión de Wang y el Chino con la de Jok.
Control de Plagas no marca un antes y un después de nada, ni tampoco pretende hacerlo. Es un entretenimiento de muy buena calidad, pensado para hacerte pasar un buen rato, de la mano de unos guiones divertidísimos y un dibujo de notable solidez. Sin dudas vale la pena.