MISTERIOS DE CUARTO CERRADO: LAS APARIENCIAS NO ENGAÑAN
Misterios de cuarto cerrado. Guiones:
Rodolfo Santullo (en base a las obras de Edgar Allan Poe, Arthur Conan
Doyle, Gilbert K. Chesterton, Jacques Futrelle y William Wilkie
Collins). Dibujos: Matías Bergara, Oscar Capristo, Lisandro
Estherren, Leandro Fernández, Juan Ferreyra, Kwaichang Kráneo, Juan
Manuel Tumburús, Roberto Viacava. Portada: Leandro Fernández. 88 páginas en blanco y negro. Pictus. ISBN: 978-987-3684-05-0. Argentina, junio de 2014.
Cuanto más
viejo me pongo, más me gusta la literatura policial. En sus dos
vertientes principales, la novela negra y la novela-problema. De la
primera, me subyuga el juicio moral que sabe echar sobre los hombres y
las instituciones. De la segunda, su capacidad para descifrar un hecho
concreto al ir desnudándolo de aquellas apariencias que nos mantuvieron
presos del engaño durante todo el relato.
Ejemplo de un
perfecto mecanismo de relojería engarzado sobre un enigma en estado
puro, la fórmula viene repitiéndose desde que Edgar Allan Poe y Gaston
Leroux la canonizaran con su trilogía de cuentos protagonizados por
Auguste Dupin y el folletín El misterio del cuarto amarillo,
respectivamente. Puede ser un artilugio degradado por el paso del
tiempo, pero cuando se lo sabe manipular, ese montaje de inaccesibilidad
real o aparente, me sigue proporcionando horas de infinita felicidad
lectora.
Por suerte (para mí), al frente de estos Misterios de cuarto cerrado
está Rodolfo Santullo, gran conocedor de los resortes del policial
(lean sus novelas si no me creen) y guionista de historietas fuertemente
asentadas en el precepto narrativo de las artes secuenciales. ¿El
resultado? Concisas y contundentes versiones de ocho clásicos de la
novela-problema (firmados por Edgar Allan Poe, Arthur Conan Doyle,
Gilbert K. Chesterton, Jacques Futrelle y William Wilkie Collins) que,
sin renegar de su cuna literaria se asumen (y expresan) como
historietas, evitando caer en la trampa de la literatura dibujada.
Gran parte del
mérito viene dado también por el reparto de dibujantes a cargo de cada
entrega: Oscar Capristo, Leandro Fernández, Juan Ferreyra, Kwaichang
Kráneo, Lisandro Estherren, Juan Manuel Tumburús, Roberto Viacava y
Matías Bergara, capaces de alcanzar una identidad gráfica común sin
perder el estilo particular que los define. Una identidad gráfica que
logra retratar la abstracción matemática del crimen como un hecho de
dinámica lógica, encarnado en el proceso intelectual del detective para
unir las piezas del rompecabezas.
Dije al
principio que, de la novela-problema, me subyuga su capacidad para
descifrar un hecho concreto al ir desnudándolo de aquellas apariencias
que nos mantuvieron presos del engaño durante todo el relato. Pero a no
confundirse, en estos Misterios de cuarto cerrado las apariencias no engañan. Otro triunfo de la historieta.
Fernando Ariel García
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