jueves, 8 de septiembre de 2016
EL ORO DEL ZAR: TRADICIÓN + TIEMPO
El oro del Zar (Colección Charquito Nº 18). Guión: Rodolfo Santullo. Arte: Marcos Vergara. Portada: Marcos Vergara. 120 páginas a todo color. Estuario Editora / Grupo Belerofonte / Loco Rabia. ISBN: 978-9974-720-35-0. Uruguay / Argentina, enero de 2016.
Cada
vez estoy más convencido de algo: La modernidad es el resultado de la
tradición más el paso del tiempo. Narrativamente hablando, quiero decir,
tiene que ver con el apego a los cánones clásicos de los distintos
géneros, sus códigos expresivos, la manifestación física de sus
establecidos patrones culturales. Todo ello, claro, abordado desde la
moderna sensibilidad que propone una mirada más cosmopolita, menos
prejuiciosa y sinceramente permeada por las resignificaciones sociales,
políticas y humanistas que aportaron los años y la Historia.
Aggiornamiento, podríamos intentar definir con una palabra. Pero en el caso de El oro del Zar, me parece, tal palabra se queda chica. Rodolfo Santullo,
uno de los más completos guionistas rioplatenses de su generación, no
sólo se apropia aquí de los verosímiles fundantes del folletín, sino que
los revitaliza con la empatía que sabe insuflarle a la acción física,
con la belleza de la palabra justa dicha en el momento preciso. Detalles
que ya no deberían llamarnos la atención porque, a esta altura, se
trata de la identidad de su tono, de su estilo, de su voz autoral
consagrada.
Con humor y ligereza, gambeteando la solemnidad y la grandilocuencia banal, la obra serializada originalmente en el sitio web Historietas Reales
entre mayo de 2013 y octubre de 2015, recrea aquella maravillosa
sensación de asombro que le imprimían a la Aventura las exóticas
locaciones explotadas por la literatura popular y el Hollywood en
Cinerama. La Rusia zarista, en guerra contra los japoneses y jaqueada
por asesinatos políticos, huelgas y actos terroristas, ¿demasiado?
confiada en la promesa de mejores tiempos venideros que auguraba la
inauguración del Tren Transiberiano.
Una
época que ya no existe, un imperio que ya no está, un lujo que opacó su
brillo. Un viaje a culturas desconocidas en épocas turbulentas. El
drama que se resuelve en tiempo continuo (del 21 al 29 de julio de
1904), en el espacio limitado (pero en movimiento) de los vagones con
trayecto prefijado entre Moscú y Vladivostok. Rusos, cosacos, mongoles,
irlandeses y alemanes, movidos por los hilos del espionaje en tiempos de
palomas mensajeras. Militares, hombres de negocios, geólogos,
revolucionarios y femmes fatales, obligados por las circunstancias a poner de manifiesto el valor de sus recursos intelectuales y físicos.
La
historieta trabaja la tensión entre el adentro y el afuera con la
precisión que requiere la maquinaria del enigma policial de cuarto cerrado.
Y, al mismo tiempo, capitaliza el signo salvaje, tribal y nómada que
uno asocia a la estepa siberiana inventada por la pluma melodramática de
Julio Verne (obvio homenaje incluido). Terreno propicio para la forja
de amistades inquebrantables, la faena sin piedad del enemigo y el
sinceramiento de las traiciones que traquetean a bordo. Todo ello
subsumido en el trazo inquieto de Marcos Vergara, dueño del registro
exacto a la hora de retratar esta gesta romántica más grande que la
estatura humana, porque aúna la lucha materialista con la batalla
idealista. El punto justo de hervor donde comienzan a derretirse el oro y la tiranía.
Fernando Ariel García
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