Ahora
sí, arranco con las reseñas de los libros de historieta argentina
aparecidos en 2017 (algún día iba a llegar) y arranco muy, pero muy
arriba con un librazo devastador: el tercer y último tomo de la Liga del
Mal, con otras seis historias cortas a cargo de (por orden de
aparición) Tony Ganem, Gerardo Baró, Patricio Plaza, Industrias
Lamonicana, Diego Simone y Pablo Tambuscio. El prólogo de Rodolfo
Santullo no miente: los seis se superaron respecto de sus aportes
anteriores a esta antología. Quizás por la posibilidad de encarar
historias un poco más extensas (16 páginas contra 12 que tenían antes), o
quizás porque simplemente están más afianzados en esto de contar
historias inclasificables en este maravilloso medio, en el que los seis
corren con la ventaja de ser excelentes dibujantes.
Ganem reincide en su zona de confort: una supuesta aventura de fantasía
heroica, a la que llena de chistes y situaciones absurdas realmente
brillantes. Los diálogos están perfectos, la puesta en página tiene
ideas geniales y visualmente no se puede creer.
Baró ensaya un post-holocausto uruguayo, también con muy buenos diálogos
y un dibujo espectacular, un color hermoso, buenas ideas en la puesta
en página y un protagonista sumamente carismático.
Plaza arriesga menos a la hora de armar las secuencias, pero te la clava
en el ángulo con el dibujo, el color y sobre todo con el guión, que es
original y sorprendente. Gran historia.
Lamonicana te atrapa en un thriller bizarro que logró ponerme muy
nervioso. Un misterio, una obsesión, un relato que se despliega en dos
tiempos distintos pero en un mismo lugar, notablemente resuelto y con
los mejores diálogos del libro.
Simone finge contarte “una de acción”, pero por detrás de la acción urde
una trama magnífica de vínculos entre personajes a los que YA quiero
ver volver. Acá hay cameos de varios personajes de la Liga y un nivel de
experimentación en la narrativa que te hiela la sangre.
Finalmente llega Tambuscio a tirarte la fatality, con una historieta
PERFECTA (otra vez) que combina amor y horror, nostalgia y obsesión,
dibujada como la hiper-concha de Dios. Si sos veterano y fan de Serú
Girán, esta historia te agarra el alma, te la abolla como si fuera una
servilletita de pizzería crota y te la tira al agüita del cordón de la
vereda. Una maravilla, posta.
No me alcanzan las palabras para recomendar esta antología y una vez
más, pido a gritos nuevas obras de estas seis bestias que ya se ganaron
un lugar en la historia grande de la historieta argentina.
Y como siempre, prometo volver con nuevas reseñas ni bien tenga un par de libros más ya leídos. Ci vediamo.
Andrés Accorsi
http://365comicsxyear.blogspot.com.uy/2017/10/con-este-ritmo-loco.html
11/23/2017
9/22/2017
"Luces de Neón" en Escribiendo contra el tiempo
lunes, 28 de agosto de 2017
Te recomiendo un libro #4
Autor: Rodolfo Santullo (1979, México DF, México)
Fecha de publicación: 2016
Páginas: 144
Sinopsis: En una noche en la playa, el argentino Pablo Gorland
Su hermana, Irene, contrata al ¿investigador?, ¿sicario?, Harrison
Rey para encontrar a los culpables. Pero las razones de esta historia
bien pueden encontrarse treinta años atrás, en un robo pergeñado a la
salida mismo de la Dictadura.
Santullo trae de regreso al inescrupuloso Harrison Rey para
desentrañar una trama de traiciones, asaltos frustrados, venganzas,
codicia y sueños rotos donde, por supuesto, los límites entre el bien y
el mal son imperceptibles.
Leí este libro gracias al #Clubdelectura.uy, pues sabía que íbamos a
tener la charla con el autor el 29 de junio. Fue Stephanie quien me
proporcionó la copia, con la idea de conocer un poco más al autor antes
de formar parte del encuentro. Como ya he mencionado otras veces en el
blog, estos últimos años, especialmente este último, he estado sufriendo
de trastornos del sueño, ansiedad y depresión, lo que lamentablemente
me ha dejado exhausta y sin energías, también me resulta muy difícil
concentrarme en una lectura, por lo que he leído muy poco y si me voy a
sentar a leer prefiero saber de antemano si el libro tiene cualidades
que me pueden gustar o no, para hacer más amena la lectura. En este caso
sabía muy poco, salvo que era novela negra, o al menos una novela que
toca temas compartidos con la novela negra, y que era un libro corto y
tenía muy pocos días para leerlo. ¡Sin presiones!
Es muy difícil hablar de un libro que basa su trama en el misterio sin crear spoilers, así que voy a evitarlo lo más posible. Pero sí puedo decir que la trama del libro te empuja a consumir la siguiente página para conocer un poco más de todo el asunto. Sin ser una apología de los criminales sí crea una imagen humana y realista de ellos, dándoles es tan pocas páginas la posibilidad de ser detestados, temidos y comprendidos.
Personalmente creo que es una historia redonda, que te da una mirada fresca del género, sin convertirse en una historia necesariamente oscura (aunque tenga elementos de lo más espeluznantes). La prosa es absolutamente impecable, sin duda hija de uno de los mejores escritores nacionales que tenemos en este momento. Les invito a leerlo, especialmente si están en un bloqueo lector, pues se consume con facilidad.
Este libro se puede encontrar con facilidad en las librerías, y si no lo encuentran, ¡recuerden que preguntarle a su librero no es un pecado!
9/11/2017
"Luces de Neón" en Al Filo de los Hojas
Luces de neón - Reseña
Datos del libro:
Autora: Rodolfo Satullo
Páginas: 144
Editorial: Estuario Editora
Año de publicación: 2016
Género: Policial/Suspeno
Mas información aquí.
Sinopsis:
Autora: Rodolfo Satullo
Páginas: 144
Editorial: Estuario Editora
Año de publicación: 2016
Género: Policial/Suspeno
Mas información aquí.
Sinopsis:
«En una noche en la playa, el argentino Pablo Gorland —devenido en
empresario que intenta reconstruir un viejo hotel casino en Atlántida—
recibe una brutal golpiza que lo deja al borde de la muerte. Su hermana,
Irene, contrata al ¿investigador?, ¿sicario?, Harrison Rey para
encontrar a los culpables. Pero las razones de esta historia bien pueden
encontrarse treinta años atrás, en un robo pergeñado a la salida mismo
de la Dictadura.
Santullo trae de regreso al inescrupuloso Harrison Rey para desentrañar
una trama de traiciones, asaltos frustrados, venganzas, codicia y sueños
rotos donde, por supuesto, los límites entre el bien y el mal son
imperceptibles».
Opinión personal:
Este es un libro que me ha encantado, sobre todo me sorprendió conocer a
un autor nacional que escribe novela negra ambientada en Uruguay.
También, gracias al Museo Zorrilla que realiza el ciclo de charlas con
autores, tuvimos la oportunidad de poder hablar con él y saber un poco
más sobre sus trabajos.
Fuente |
La trama se empieza de forma muy arrolladora, ya que la historia de
divide en dos tiempos que se intercalan entre un capítulo y otro de la
novela. Por un lado se sitúa en el presente, donde un argentino que va a
hacer una restauración de un viejo casino de Atlantida, recibe una
paliza que lo deja en un estado grave. Su hermana contrata a un
investigador un tanto estrafalario, Harrison Rey, para descubra los
motivos que llevaron a estos delincuentes hicieran esa matanza. Por
otro, muestra la historia de los delincuentes que pretenden planear un
robo en el mismo casino, tiempo atrás cuando este se encontraba
funcional.
Lo que me gusto mucho al empezar esta novela es como te empieza a
introducir de lleno en lugares conocidos y con la forma de hablar de los
personajes. Me sentía tal cuál en el balneario que tanto me gusta
recorrer. Uno de los detalles que me hizo dudar fue el casino, que
después el escritor explica que en realidad (tal como lo pensaba) en su
libro es algo ficticio, aunque queda perfectamente bien colocado en la
historia.
Fuente |
Y ese final me dejo helada. Para que se hagan una idea, me estaba comiendo las uñas por que más cerca de un cuarto de la novela comencé a entender como es que estaban yendo las cosas. Lo bueno es que me saqué las ganas de preguntarle al autor si pretendía hacer una continuación de las aventuras de este personaje y nos lo confirmo (imagínense que salté de mi silla de la felicidad que me dio el saber que no se quedaba ahí el asunto).
En resumen, si quieren conocer a un escritor uruguayo que escriba policial y novela negra, este es el adecuando. Juega mucho con lo cotidiano y el humor. También ha realizado otras novelas y novelas gráficas que tienen muy buena pinta, como por ejemplo El club de los ilustres, Zitarrosa, entre otros más.
8/15/2017
"Liga del Mal: La cuenta final" en Revista NAN
LIGA DEL MAL. LA CUENTA FINAL (V.V.A.A)
Diego Simone, Patricio Plaza, Tony Ganem (junto a Manu Perotti ), Gerardo Baró, Industrias Lamonicana y Pablo Tambuscio son la Liga del mal, y juntos crearon un un libro que recopila seis historias de géneros entrecruzados —ciencia ficción, terror y artes marciales en grandes dosis— con la fantasía y el humor como común denominador. Cada uno de los relatos, magníficamente dibujados, es un pequeño viaje al mundo fantástico que proponen los autores de Liga del mal. La cuenta final, lleno de homenajes y easter eggs: desde la nueva carne de David Cronenberg hasta el cine satánico-experimental de Kenneth Anger, pasando por Kung fu Panda, Mad Max, Kung fury o La odisea de Homero.
Si somos sinceros no nos queda otra que reconocer que ninguna de las historias es demasiado original. Más bien parecen cartas de amor al mejor cine fantástico, a las historietas de aventuras y al pulp más refinado, pero como en las mejores obras pop: cuando el viaje es tan alucinante y divertido —y sobre todo bien narrado—, la originalidad es lo que menos importa. Este último capítulo de Liga del Mal, editado por Loco Rabia, es 100 por ciento disfrutable, entretenido y variado. Y eso es todo lo que los lectores esperamos de un libro de historietas. /Marcelo_Acevedo.doc
7/17/2017
"Hostil y Abjecto" en 365 Cómics por Año
Y
me vengo, como ya es costumbre, a Argentina, de la mano de la enésima
publicación aparecida en el segundo semestre de 2016. Hostil y Abyecto
es el único trabajo extenso que le conozco a Fernando Baldó en el rol de
autor integral, y la verdad que es una gratísima sorpresa. Además del
dibujo prolijo, elegante, muy realista y a la vez muy expresivo que uno
espera normalmente en una historieta de Baldó, acá tenemos a un autor en
estado de ebullición, dispuesto a volcar en la página lo más oscuro, lo
más jodido, lo más urgente de su mundo interior.
No quiero contar nada del argumento, pero sí advertir que Hostil y Abyecto cruza un montón de límites. Es un comic transgresor y provocativo en un montón de aspectos, revulsivo en otros y hasta revolucionario, si se quiere. Tiene ese final perfecto, que le canta "quiero retruco" al final de la etapa de Grant Morrison en Animal Man, pero hasta que llegás ahí te pega tantos sopapos y tantas patadas en la entrepierna, que ya creés que estás preparado para cualquier cosa. Hay que estar muy jugado para animarse a escribir una historia como esta.
Como detalle anecdótico, Baldó usa las caras de un montón de gente del medio de la historieta argentina para los personajes secundarios e incidentales. Podríamos estar tres párrafos enumerando a dibujantes, guionistas y periodistas especializados cuyos rasgos se pueden detectar entre el elenco de Hostil y Abyecto. A mí me toca aparecer en esa secuencia del fulbito (páginas 55 a 57), incluso con diálogos en los que Baldó me hace decir varias boludeces de las que digo habitualmente en la vida real. Supongo que este, y un montón de otros “chistes internos”, no le suman absolutamente nada al lector “de a pie” que no conoce a los “referentes” del ámbito de la historieta, pero a mí me causó mucha gracia, sobre todo la aparición de Javi Hildebrandt como modelo de ropa interior.
Si creés que ya leíste todo y que ya nada te puede sorprender, probá con Hostil y Abyecto. Te vas a encontrar con una historieta de altísimo impacto, profunda, perturbadora y con grandes chances de generar adicción, y un deseo irrefrenable de volverla a leer varias veces.
Andrés Accorsi
http://365comicsxyear.blogspot.com.uy/2017/07/otra-noche-de-miercoles.html
No quiero contar nada del argumento, pero sí advertir que Hostil y Abyecto cruza un montón de límites. Es un comic transgresor y provocativo en un montón de aspectos, revulsivo en otros y hasta revolucionario, si se quiere. Tiene ese final perfecto, que le canta "quiero retruco" al final de la etapa de Grant Morrison en Animal Man, pero hasta que llegás ahí te pega tantos sopapos y tantas patadas en la entrepierna, que ya creés que estás preparado para cualquier cosa. Hay que estar muy jugado para animarse a escribir una historia como esta.
Como detalle anecdótico, Baldó usa las caras de un montón de gente del medio de la historieta argentina para los personajes secundarios e incidentales. Podríamos estar tres párrafos enumerando a dibujantes, guionistas y periodistas especializados cuyos rasgos se pueden detectar entre el elenco de Hostil y Abyecto. A mí me toca aparecer en esa secuencia del fulbito (páginas 55 a 57), incluso con diálogos en los que Baldó me hace decir varias boludeces de las que digo habitualmente en la vida real. Supongo que este, y un montón de otros “chistes internos”, no le suman absolutamente nada al lector “de a pie” que no conoce a los “referentes” del ámbito de la historieta, pero a mí me causó mucha gracia, sobre todo la aparición de Javi Hildebrandt como modelo de ropa interior.
Si creés que ya leíste todo y que ya nada te puede sorprender, probá con Hostil y Abyecto. Te vas a encontrar con una historieta de altísimo impacto, profunda, perturbadora y con grandes chances de generar adicción, y un deseo irrefrenable de volverla a leer varias veces.
Andrés Accorsi
http://365comicsxyear.blogspot.com.uy/2017/07/otra-noche-de-miercoles.html
7/14/2017
"Forty Coffins" en Broke Horror Fan
Most adaptations of Bram Stoker’s Dracula gloss over the events aboard the Demeter, the Russian schooner that brings the titular vampire and his coffins full of soil to England. Forty Coffins, a Space Goat Publishing comic book, tells the story of the voyage from the ship crew’s point of view. It’s written by Rodolfo Santullo, as inspired by Stoker’s novel, and illustrated by Jok.
Set in 1889, Forty Coffins begins as the Demeter sails into the bay of Whitby, England. Despite its rapid speed and the stormy weather, the ship manages to traverse the reef and stop safely at the shore. Locals are shocked to discover no crew aboard aside from the deceased captain, who’s tied to the wheel. They find the ship’s log, which tells the bulk of the story - carrying over the epistolary format of Stoker’s influential novel.
The vessel’s nine-man crew are being handsomely compensated to transport boxes of dirt by a mysterious employer, but tensions run high as they believe someone - or something - is on board with them. Crew members begin disappearing one by one while the excursion hits a never-ending barrage of storms, fog, and rough seas. Meanwhile, there are sightings of a disappearing stowaway. Captain Strogoff, the weathered commander of the Demeter, is at a loss.
If the cover of the book didn’t tout Forty Coffins as “Dracula on the high seas!” those unfamiliar with the source material may mistake it for something of a haunted house at sea, as Dracula doesn’t show up in his recognizable form until about three quarters of the way through. That’s not a knock on the comic; this horror story is most effective by keeping the boogeyman in the shadows.
Perhaps I’m projecting my own tastes onto the material, but Forty Coffins brought to mind two of John Carpenter’s classic films. The all-male crew, isolated and increasingly paranoid about a monster, is reminiscent of The Thing. And it’s impossible not to be reminded of The Fog when seeing Jok’s eerie illustrations of the large ship enshrouded in a green-tinted mist.
Forty Coffins is a “one and done” one-shot comic, wrapped up in 56 pages (including several pages with early sketches and more). While I enjoy the self-contained nature of the story, I would love to see Santullo and Jok tackle more of Stoker’s Dracula. Santullo offers a fresh take on the familiar material while remaining respectful to its roots, and Jok brings the Gothic atmosphere to life with his artwork.
Alex DiVincenzo
Forty Coffins is available now via Space Goat Publishing.
7/13/2017
"Viejos Canallas" en 365 Cómics por Año
En estos días de invierno en los que hizo calor, aproveché para avanzar un poquito con las lecturas.
Loco Rabia recuperó en 2016 un clásico de Carlos Trillo y Cacho Mandrafina gestado a fines de los ´90 y que nunca se había editado en el país. Viejos Canallas es una especie de secuela de Spaghetti Brothers (o Fratelli Centobucchi, como se la conoce en algunos mercados), que se entiende perfectamente sin haber leído esa extensa serie realizada para los semanarios de la ex-Eura entre 1993 y 1997. Obviamente si leíste todo Spaghetti Brothers pescás un montón de referencias que hace Trillo en esta obra, pero al mismo tiempo, algunas de las cosas que vemos acá pueden parecerte redundantes. O sea que no sé si es mejor o peor haber leído Spaghetti Brothers.
Viejos Canallas, ambientada 25 ó 30 años después de la serie original, es una gran historia en sí misma. No sólo un cierre perfecto para la saga de estos cinco hermanos con muchos guiños a la etapa anterior. El personaje de James es el menos atractivo, y Trillo lo usa para guiar al lector por el mundo tragicómico de la familia Centobucchi, donde lo que sobra son los personajes fascinantes. Incluso con un personaje menos que en Spaghetti Brothers (porque Frank está muerto), la trama familiar que urde Trillo te atrapa desde el principio y te mantiene entusiasmado hasta el final gracias a un amplio arsenal de recursos y golpes de efecto entre los cuales destaco uno: la crueldad. Esta es una obra del Trillo jodido, el Trillo mala leche, políticamente incorrecto, capaz de regodearse en la peor mierda. El personaje de Amerigo Centobucchi (lejos, el más importante, pese a que no llega vivo al final) es el clásico personaje de este Trillo maligno: violento, depravado, sórdido, perverso, 100% irredimible ni siquiera cuando los años lo reducen a ser un viejito hecho mierda. Y el manejo apabullante del humor negro que despliega Trillo logra que las atrocidades que hace Amerigo nos causen gracia, mucha gracia, lo cual es un montón.
Hay muchísimos más logros en los guiones de Viejos Canallas, pero me quiero concentrar en el dibujo de Mandrafina, rarísimo para una obra que se publicó por primera vez en Francia. Pocos fondos, muchos primeros planos, mayoría de páginas de seis cuadros… todo muy bien dibujado, pero a años luz de lo que compran habitualmente los editores franceses. Y en los flashbacks, Cacho se va a la mierda, mal. Ahí cambia el claroscuro y la mancha por un trazo más fino, más complejo, muy basado en unas tramas exquisitas, dignas del mejor Enrique Breccia. Los guiones lo obligan a saltar todo el tiempo entre la década del ´30 y fines de los ´50 y Cacho salta sin problemas, siempre con un manejo impecable de la documentación. Un trabajo hermoso de este virtuoso del Noveno Arte.
Andrés Accorsi
http://365comicsxyear.blogspot.com.uy/2017/06/lecturas-de-invierno-con-calor.html
Loco Rabia recuperó en 2016 un clásico de Carlos Trillo y Cacho Mandrafina gestado a fines de los ´90 y que nunca se había editado en el país. Viejos Canallas es una especie de secuela de Spaghetti Brothers (o Fratelli Centobucchi, como se la conoce en algunos mercados), que se entiende perfectamente sin haber leído esa extensa serie realizada para los semanarios de la ex-Eura entre 1993 y 1997. Obviamente si leíste todo Spaghetti Brothers pescás un montón de referencias que hace Trillo en esta obra, pero al mismo tiempo, algunas de las cosas que vemos acá pueden parecerte redundantes. O sea que no sé si es mejor o peor haber leído Spaghetti Brothers.
Viejos Canallas, ambientada 25 ó 30 años después de la serie original, es una gran historia en sí misma. No sólo un cierre perfecto para la saga de estos cinco hermanos con muchos guiños a la etapa anterior. El personaje de James es el menos atractivo, y Trillo lo usa para guiar al lector por el mundo tragicómico de la familia Centobucchi, donde lo que sobra son los personajes fascinantes. Incluso con un personaje menos que en Spaghetti Brothers (porque Frank está muerto), la trama familiar que urde Trillo te atrapa desde el principio y te mantiene entusiasmado hasta el final gracias a un amplio arsenal de recursos y golpes de efecto entre los cuales destaco uno: la crueldad. Esta es una obra del Trillo jodido, el Trillo mala leche, políticamente incorrecto, capaz de regodearse en la peor mierda. El personaje de Amerigo Centobucchi (lejos, el más importante, pese a que no llega vivo al final) es el clásico personaje de este Trillo maligno: violento, depravado, sórdido, perverso, 100% irredimible ni siquiera cuando los años lo reducen a ser un viejito hecho mierda. Y el manejo apabullante del humor negro que despliega Trillo logra que las atrocidades que hace Amerigo nos causen gracia, mucha gracia, lo cual es un montón.
Hay muchísimos más logros en los guiones de Viejos Canallas, pero me quiero concentrar en el dibujo de Mandrafina, rarísimo para una obra que se publicó por primera vez en Francia. Pocos fondos, muchos primeros planos, mayoría de páginas de seis cuadros… todo muy bien dibujado, pero a años luz de lo que compran habitualmente los editores franceses. Y en los flashbacks, Cacho se va a la mierda, mal. Ahí cambia el claroscuro y la mancha por un trazo más fino, más complejo, muy basado en unas tramas exquisitas, dignas del mejor Enrique Breccia. Los guiones lo obligan a saltar todo el tiempo entre la década del ´30 y fines de los ´50 y Cacho salta sin problemas, siempre con un manejo impecable de la documentación. Un trabajo hermoso de este virtuoso del Noveno Arte.
Andrés Accorsi
http://365comicsxyear.blogspot.com.uy/2017/06/lecturas-de-invierno-con-calor.html
7/12/2017
"Liga del Mal" en Tierra de Sueños y Pesadillas
Comics: Liga del Mal Volumen Volumen 1 al 3
Dibujo: Liga del Mal
Editorial: Llanto de Mudo (tomos 1 y 2), LocoRabia-Grupo Belerofonte (tomo 3)
La Liga del Mal es un grupo de seis artistas todo terreno
(Gerardo Baró, Tony Ganem, Ricardo “Lamonicana”, Patricio Plaza, Diego Simone y
Pablo Tambuscio) que en el 2012 se juntaron en un chat de Facebook a boludear
entre amigos y de repente estaban produciendo historietas, una página
por semana cada uno, con temáticas e historias independientes de lo
que hacían los demás. Cada vez que se completaba un ciclo de historias se
recopilaba en libros, primero por la añorada Llanto de Mudo y este año, el tercer
y último ciclo, por LocoRabia junto con el grupo Belerofonte.
Una aclaración importante es que si esta reseña cumple un poquito su objetivo quién la lea saldrá corriendo como loco a buscar los tres tomos y se encontrará con que el primero esta agotado mal. Tranqui, no es necesario para leer los dos siguientes y esta todo online en el Facebook del grupo.
Una aclaración importante es que si esta reseña cumple un poquito su objetivo quién la lea saldrá corriendo como loco a buscar los tres tomos y se encontrará con que el primero esta agotado mal. Tranqui, no es necesario para leer los dos siguientes y esta todo online en el Facebook del grupo.
Arrancó con Tony Ganem (colaborando con Manu Perotti en
guión) que es el único que rompe el molde: sus tres historias se entienden perfecto por si solas
pero tienen los mismos protagonistas y mundo, lo que le da cierta continuidad.
Es una minisaga que se toma en solfa todos y cada uno de los clichés del género
de espada y brujería: el aventurero, la aldea azotada por un monstruo, las
tabernas, los dragones, todo pasado por un tamiz de burla que ya arranca con el
protagonista, un pequeño pollo. ¿Sera un guiño a la saga de ‘La Mazmorra’ de Joann
Sfar? Ni idea pero es muy divertido y muy bien dibujado, sobre todo el capitulo del tomo
2 donde Ganem usa dibujo y color tradicional en vez de digital.
Otro que cambia un montón su estilo de dibujo, cada vez a
una línea más depurada, es Diego Simone. Su primera historia, ‘El horror sin
nombre’, es paranoica, zarpada en gore, graciosa y ambigua en la
interpretación, ¿esta pirado Fermín, el niño matador de demonios disfrazados, o
no?
La segunda historia de Simone también se aproxima a una
variante del terror más o menos conocida, la del grupo familiar retorcido,
morboso y lleno de secretos y el misterioso extraño que llega para complicar u
arreglar los quilombos. El protagonista, apodado “el Muerto”, es casi un Dyango
de lo sobrenatural, incluso arrastrando un ataúd por todas partes. No está mal
pero tampoco tiene algo que me volara la cabeza, se me hizo un poco intrascendente.
Sin duda la joya del diamante de Simone es justamente ‘Las
perras diamantes’, una de ciencia ficción muy ciberpunk, muy psicodélica,
sarpada en sexo y con una narrativa y puesta en pagina alucinantes. Si ‘Guro’
(la obra de Simone editada por Szama Ediciones) es la mitad de buena seguro es increíble.
‘Rey del terror’ de Gerardo Baró es un hermoso homenaje a 'Ultraman',
'Godzilla', 'Power Rangers' y cualquier otra bomba mental que nos tiraran los
japoneses en nuestra infancia. El dibujo es limpio, caricaturesco y
espectacular. La vuelta de tuerca al final que además explica todo es genial.
Para el segundo libro Baró en vez de tocar un solo género
hace un mix, una trama similar a la historia de Orfeo (el músico que
baja al inframundo buscando a su amada, sino lo conocen hay que leer ‘Sandman’, carancho) pero
contada en clave de Western mexicano. Cuando la leí la disfrute mucho, cuando entendí
a que referenciaba más aún.
La ultima parte de Baró, ‘Rey de la ruta’, es la dibujada en
estilo más cartoon, bastante reminiscente de Kyle Baker, y con mucho humor (el
uruguayo es glorioso). Tiene emoción, acción, todo. Baró es uno de los artistas
que pega tres gemas de corrido.
Lamonicana arranca con ‘2 Deaths’, una historia llena de
referencias: el protagonista es un pseudo Spirit de Will Eisner pero más
pasado
de rosca, hay una reflexión sobre la evolución del comic mainstream
yanqui y el villano es Jorge Porcel, así de una, nuff said. Los detalles
son geniales; por ejemplo, que varias onomatopeyas son los apellidos de
los otros dibujantes
de la Liga (hay varios guiños cruzados a
lo largo de los tres libros)
La segunda trama “lamonicana”, ‘Dios Devorador’ me hizo reír
un poco pero no me pareció gran cosa.
Al igual que Simone es en la tercera oportunidad donde pone todo y gana como un campeón: ‘Video-home, pesadilla analógica’ es ganchera, creíble, inquietante y es imposible que no guste si alguna vez alquilaron un película en un videoclub. Netflix, shame on you.
Al igual que Simone es en la tercera oportunidad donde pone todo y gana como un campeón: ‘Video-home, pesadilla analógica’ es ganchera, creíble, inquietante y es imposible que no guste si alguna vez alquilaron un película en un videoclub. Netflix, shame on you.
Pablo Tambuscio es otro que hace tres tiros perfectos: ‘Taipei’,
‘Marina’ y sobre todo la brillante ‘Post Mortem’ son tres tramas
escalofriantes, con personajes muy queribles, muy bien caracterizados y
por lo tanto que generan mucha preocupación lo que les pase. El dibujo y
el color es brillante, muy
expresivo y detallista.
Por último me queda Patricio Plaza, cuyas tres historias tienen en común un peso importante de las religiones y sobre todo una evolución fundamental de sus protagonistas. ‘Orgón’ es muy delirante, de ‘Homúnculo’ no terminó de entender la vuelta de tuerca y ‘La logia blanca’ funciona muy bien como metáfora de la aceptación de la identidad sexual. El dibujo en los tomos 1 y 2 me pareció un poco apresurado y descuidado pero en 'La logia....' esta mucho más prolijo y refinado.
Se nota que todos los miembros de la Liga pusieron lo mejor,
metieron todas sus fichas (sobre todo en el tercer tomo) y terminaron
cerrando no una sino tres antologías divertidas, bizarras, muy
espeluznantes por momentos y de un nivel de
calidad altísimo. Sin duda una gran vidriera de autores a tener en
cuenta.
7/11/2017
"El Dormilón" en Solo Tempestad
Reseña #528- Un hombre que duerme
Por Jonás Gómez
En los últimos años hubo un desarrollo
(quizás medido en cantidad de publicaciones, pero de ninguna manera en
calidad) en el campo de la historieta de autor local. Esto es:
personajes e historias propias y desarrollo del tono y del
estilo/identidad. Para mencionar algunos de estos autores, que están
dejando su marca en el género, se podría nombrar a Fernando Calvi, Pedro
Mancini, Lucas Nine y Nicolás Brondo, agitando desde Córdoba. A esta
corriente de buenas nuevas se le suma la edición de El dormilón, con
guión del mexicano Rodolfo Santullo y dibujos de Carlos Aón, argentino.
El libro, coedición entre Grupo Belerefonte (de Uruguay) y Loco Rabia
(de Argentina), compila los capítulos publicados originalmente en el
E-Zine de Loco Rabia. ¿Y qué da como resultado esta cooperación
latinoamericana del bien? Un comic de más de 100 páginas con buen papel y
buena impresión (variables que pueden influir de forma positiva o
negativa en la experiencia de lectura, tanto más cuando se trata de
historietas).
La historia de El Dormilón tiene
distintos elementos. La trama transcurre en una argentina futura,
devastada por la corrosión del planeta. Ahí, un publicista del pasado,
despierta de su cámara de hibernación para encontrarse dentro de un
edificio-fuerte, rodeado por el terreno estéril y asediado por un grupo
de caníbales motociclistas. Buena parte de los capítulos están centrados
en la supervivencia de estos personajes que resisten el día a día en
condiciones más que adversas.
Pero, aunque la historia puede ubicarse
en la categoría de la ciencia ficción, hay otros elementos en juego. Un
porcentaje importante de la trama avanza a partir de un asesinato a
resolver, lo que podría colocar a la historia, también, dentro del
género de misterio (o policial).
A la cuestión dramática del entorno
apocalíptico en el que viven los personajes se le suman pantallazos de
humor (oscurecido por el contexto), pero que sacan algunas risas. En
cuanto al argumento y los diálogos hay consistencia en ese plano. Los
personajes tienen reacciones creíbles, uno podría imaginarse la
existencia de estos hombres y mujeres en un futuro distópico. Con
respecto al dibujo Aón consigue algo que no es simple: transmitir las
reacciones, los cambios de ánimo y sensibilidad de los personajes. Hay
muchas muestras de sutileza en el planteo de las imágenes, en los
cambios de luz en el ambiente, todo en sintonía con la elección de la
paleta de colores (sostenida de principio a fin) que le da a las páginas
una cohesión estética muy agradable a la vista.
El dormilón (2016)
Autores: Rodolfo Santullo (guión) – Carlos Aón (dibujos)
Editorial: Grupo Belerefonte/Loco Rabia
Género: novela gráfica/historieta
6/16/2017
"El Dormilón" en 365 Cómics por año
Me
vengo al Río de la Plata, para reseñar una coedición de 2016 que
involucra a una editorial argentina y una uruguaya, en team-up para
llevar al libro El Dormilón, una gran obra de Rodolfo Santullo y Carlos
Aón originalmente serializada en un sitio web.
El Dormilón es un clásico misterio “whodunnit”, donde un detective debe resolver un crimen en un lugar cerrado, del que nadie puede salir (ni entrar), lo cual acota notoriamente la cantidad de sospechosos. La gracia es cómo y dónde ambienta Santullo esta estructura tan típica de los cuentos de misterio policial del Siglo XX, como respeta las reglas del género y a la vez lo hace propio. El detective no es un detective, el lugar cerrado es un edificio sitiado por zombies antropófagos, el occiso resulta ser un sorete hijo de mil putas, el crimen sirve para desnudar los vicios y las tensiones en el seno de una pseudo-sociedad organizada a los ponchazos para sobrevivir a un cataclismo socioeconómico, y el asesino… Bueno, no. No te voy a dar pistas de quién es el asesino.
Estamos frente a un comic muy ganchero, que te atrapa en poquísimas viñetas, con un gran ritmo, muchas puntas para pensar, para reflexionar, una resolución incuestionable y excelentes diálogos… esta vez poblados de modismos uruguayos, algo poco frecuente en las obras en las que Santullo colabora con dibujantes argentinos…
Y hablando de dibujantes, el trabajo de Aón es realmente exquisito en todos los rubros. El diseño de los personajes y del mundo en el que viven, la composición de las viñetas, el armado de las páginas, el color (esos engamados que van variando de capítulo a capítulo), hasta el rotulado es original y atractivo. Y sí, como en todo relato en el que se investiga un misterio, los personajes hablan mucho. Pero ahí entra en juego la cancha de Aón para que las abundantes escenas de diálogo se vean como algo dinámico, vibrante, que suman a esa gran virtud que tiene el guión de lograr que te compenetres rapidísimo con la historia y todo el tiempo quieras saber más. Recomiendo mucho El Dormilón, una novela gráfica realmente sólida, entretenida, con la profundidad que muchas veces no tienen los thrillers ambientados en mundos post-apocalípticos y con una impronta visual alucinante.
Andrés Accorsi
http://365comicsxyear.blogspot.com.uy/2017/05/tarde-de-domingo.html
El Dormilón es un clásico misterio “whodunnit”, donde un detective debe resolver un crimen en un lugar cerrado, del que nadie puede salir (ni entrar), lo cual acota notoriamente la cantidad de sospechosos. La gracia es cómo y dónde ambienta Santullo esta estructura tan típica de los cuentos de misterio policial del Siglo XX, como respeta las reglas del género y a la vez lo hace propio. El detective no es un detective, el lugar cerrado es un edificio sitiado por zombies antropófagos, el occiso resulta ser un sorete hijo de mil putas, el crimen sirve para desnudar los vicios y las tensiones en el seno de una pseudo-sociedad organizada a los ponchazos para sobrevivir a un cataclismo socioeconómico, y el asesino… Bueno, no. No te voy a dar pistas de quién es el asesino.
Estamos frente a un comic muy ganchero, que te atrapa en poquísimas viñetas, con un gran ritmo, muchas puntas para pensar, para reflexionar, una resolución incuestionable y excelentes diálogos… esta vez poblados de modismos uruguayos, algo poco frecuente en las obras en las que Santullo colabora con dibujantes argentinos…
Y hablando de dibujantes, el trabajo de Aón es realmente exquisito en todos los rubros. El diseño de los personajes y del mundo en el que viven, la composición de las viñetas, el armado de las páginas, el color (esos engamados que van variando de capítulo a capítulo), hasta el rotulado es original y atractivo. Y sí, como en todo relato en el que se investiga un misterio, los personajes hablan mucho. Pero ahí entra en juego la cancha de Aón para que las abundantes escenas de diálogo se vean como algo dinámico, vibrante, que suman a esa gran virtud que tiene el guión de lograr que te compenetres rapidísimo con la historia y todo el tiempo quieras saber más. Recomiendo mucho El Dormilón, una novela gráfica realmente sólida, entretenida, con la profundidad que muchas veces no tienen los thrillers ambientados en mundos post-apocalípticos y con una impronta visual alucinante.
Andrés Accorsi
http://365comicsxyear.blogspot.com.uy/2017/05/tarde-de-domingo.html
5/22/2017
"El Color de la Nieve" en 365 Cómics por Año
Y
me vengo a Argentina, a 2016, donde me toca acompañar a Alejandro
Farías y Tomás Gimbernat en una road movie apasionante llamada El Color
de la Nieve. Una historia intensa, emotiva, con muchísimo ritmo, que nos
invita a recorrer un mundo extraño, en el que casi todos los personajes
son animales antropomorfos, de la mano de un tortugo taciturno,
melancólico, al que la suerte le va a ser bastante esquiva.
La historia tiene un tramo medio raro, que se aparta un poco del núcleo central de la trama para aventurarse sin mucho éxito en un intento de thriller socio-político con reminiscencias de G.K. Chesterton. Un tramo bien escrito, que funciona casi como una historia autoconclusiva, pero que no termina de amalgamarse bien con el resto de la obra y que, en el balance global de la misma, no aporta nada, ni siquiera al desarrollo del personaje. Más allá de ese segmento en el que Farías pareciera estar estirando el relato sin mayor necesidad, El Color de la Nieve te lleva de emoción en emoción, hasta desembocar en un final conmovedor, bellísimo, redondísimo.
En la gran mayoría de las secuencias, Farías apuesta a impactar en el lector con los silencios. El protagonista habla poco, hay muchos momentos en los que está solo, y en esos silencios El Color de la Nieve levanta un vuelo exquisito. Por supuesto eso es posible gracias al trabajo de Gimbernat, que no deja nada librado al azar. Su trazo cálido y preciso y su excelente manejo de las tramas de grises están todo el tiempo al servicio de los climas de la historia, con los que se compromete como si trabajara en equipo con Farías hace 10 ó 15 años. Gran trabajo de este autor oriundo de Puerto Madryn, al que me gustaría ver trabajando en una historieta 100% a color directo.
Por ahora, esto es todo. En unos días tendré más libros leídos como para ameritar otra tandita de reseñas. La seguimos pronto, y con los amigos uruguayos nos encontramos en vivo y en directo el 20 y 21 de este mes en Montevideo Comics.
Andrés Accorsi
http://365comicsxyear.blogspot.com.uy/2017/05/otra-vez-lluvia.html
La historia tiene un tramo medio raro, que se aparta un poco del núcleo central de la trama para aventurarse sin mucho éxito en un intento de thriller socio-político con reminiscencias de G.K. Chesterton. Un tramo bien escrito, que funciona casi como una historia autoconclusiva, pero que no termina de amalgamarse bien con el resto de la obra y que, en el balance global de la misma, no aporta nada, ni siquiera al desarrollo del personaje. Más allá de ese segmento en el que Farías pareciera estar estirando el relato sin mayor necesidad, El Color de la Nieve te lleva de emoción en emoción, hasta desembocar en un final conmovedor, bellísimo, redondísimo.
En la gran mayoría de las secuencias, Farías apuesta a impactar en el lector con los silencios. El protagonista habla poco, hay muchos momentos en los que está solo, y en esos silencios El Color de la Nieve levanta un vuelo exquisito. Por supuesto eso es posible gracias al trabajo de Gimbernat, que no deja nada librado al azar. Su trazo cálido y preciso y su excelente manejo de las tramas de grises están todo el tiempo al servicio de los climas de la historia, con los que se compromete como si trabajara en equipo con Farías hace 10 ó 15 años. Gran trabajo de este autor oriundo de Puerto Madryn, al que me gustaría ver trabajando en una historieta 100% a color directo.
Por ahora, esto es todo. En unos días tendré más libros leídos como para ameritar otra tandita de reseñas. La seguimos pronto, y con los amigos uruguayos nos encontramos en vivo y en directo el 20 y 21 de este mes en Montevideo Comics.
Andrés Accorsi
http://365comicsxyear.blogspot.com.uy/2017/05/otra-vez-lluvia.html
5/17/2017
"Reflejo" en 365 cómics por año
Hablando
de duplas de las que a hemos visto varios trabajos, tengo para
recomendar enfáticamente Reflejo, una breve novela gráfica de Rodolfo
Santullo y Jok. Este es un policial con mucha onda Blade Runner, es
decir, con un tratamiento de serie negra y una ambientación de futuro
cercano, oscuro, jodido y sobre todo posible.
Si me pongo muy en estrecha, tengo que decir que me hubiese gustado un último giro, algún volantazo impredecible, para el final. Pero la verdad es que disfruté muchísimo la historia, sobre todo por el increíble oído de Santullo para los diálogos (escrito en mi amado castellano rioplatense, a años luz de esa pedorrada del “castellano neutro”). Me atraparon los climas, el timing y destaco también la habilidad de Santullo para mantenernos compenetrados con la trama de investigación cuando uno como lector maneja MUCHISIMA data que los personajes que investigan desconocen por completo. Muchas veces cuando el lector sabe mucho más que los personajes, la historia pierde gracia o interés. No es el caso de Reflejo, que mantiene la tensión, las emociones fuertes y el énfasis en el desarrollo de los personajes hasta la última página.
El trabajo de Jok me pareció excelente. Es increíble cómo se adapta al tono de cada relato que le toca dibujar, como va madurando su estilo obra a obra. El Jok de Reflejo es un artista más clásico, que además de romperla en el claroscuro y en la espectacularidad de las escenas, presta atención a detalles, texturas, efectos de iluminación… La narrativa está cuidadísima, las transiciones son hiper-gancheras, esa puesta en página que sugiere una división de casi todas las páginas en dos mitades funciona muy bien (obviamente juega con el título de la obra) y los decorados futuristas, máquinas y vehículos tienen muchísima onda. Además, en las secuencias donde cobran relieve los sentimientos y las emociones, Jok da cátedra en materia de expresiones faciales, algo que no suele enfatizar tanto en otros trabajos.
Si extrañás esos thrillers futuristas en ciudades corruptas que aparecían en la Zona 84 (dibujados por José Ortiz, Altuna o Bernet), no dejes de jugarle una fichita a Reflejo, 65 páginas en las que Santullo y Jok demuestran categóricamente por qué son una de las duplas más interesantes del panorama local, y por qué la rompen cada vez en más mercados donde se están publicando sus obras anteriores.
Volvemos con más reseñas en algún momento del finde largo. ¡Hasta entonces!
Andrés Accorsi
http://365comicsxyear.blogspot.com.uy/2017/04/noche-de-jueves.html
Si me pongo muy en estrecha, tengo que decir que me hubiese gustado un último giro, algún volantazo impredecible, para el final. Pero la verdad es que disfruté muchísimo la historia, sobre todo por el increíble oído de Santullo para los diálogos (escrito en mi amado castellano rioplatense, a años luz de esa pedorrada del “castellano neutro”). Me atraparon los climas, el timing y destaco también la habilidad de Santullo para mantenernos compenetrados con la trama de investigación cuando uno como lector maneja MUCHISIMA data que los personajes que investigan desconocen por completo. Muchas veces cuando el lector sabe mucho más que los personajes, la historia pierde gracia o interés. No es el caso de Reflejo, que mantiene la tensión, las emociones fuertes y el énfasis en el desarrollo de los personajes hasta la última página.
El trabajo de Jok me pareció excelente. Es increíble cómo se adapta al tono de cada relato que le toca dibujar, como va madurando su estilo obra a obra. El Jok de Reflejo es un artista más clásico, que además de romperla en el claroscuro y en la espectacularidad de las escenas, presta atención a detalles, texturas, efectos de iluminación… La narrativa está cuidadísima, las transiciones son hiper-gancheras, esa puesta en página que sugiere una división de casi todas las páginas en dos mitades funciona muy bien (obviamente juega con el título de la obra) y los decorados futuristas, máquinas y vehículos tienen muchísima onda. Además, en las secuencias donde cobran relieve los sentimientos y las emociones, Jok da cátedra en materia de expresiones faciales, algo que no suele enfatizar tanto en otros trabajos.
Si extrañás esos thrillers futuristas en ciudades corruptas que aparecían en la Zona 84 (dibujados por José Ortiz, Altuna o Bernet), no dejes de jugarle una fichita a Reflejo, 65 páginas en las que Santullo y Jok demuestran categóricamente por qué son una de las duplas más interesantes del panorama local, y por qué la rompen cada vez en más mercados donde se están publicando sus obras anteriores.
Volvemos con más reseñas en algún momento del finde largo. ¡Hasta entonces!
Andrés Accorsi
http://365comicsxyear.blogspot.com.uy/2017/04/noche-de-jueves.html
5/15/2017
"Rincón de la Bolsa" en Balance Negativo
BN Recomienda 7: Rincón de la Bolsa
Temporada Recomendaciones
—
Episodio 7
Publicado el:
En este nuevo BN Recomienda miramos
nuestro propio país; les traemos el comentario de esta historieta
escrita por Nicolás Peruzzo y dibujada por Gabriel Serra. Pequeñas
tragedias cotidianas en un pueblito rodeado de un clima onettiano. Mejor
imposible.
5/10/2017
"Reflejo" en La Nan
REFLEJO (R. SANTULLO – JOK)
Reflejo es un relato neo-noir futurista escrito por Rodolfo Santullo e ilustrado por Jok, emparentado argumental y estéticamente con obras maestras de la ciencia ficción como Blade Runner (R. Scott, 1982), The minority report (Philip K. Dick, 1956) o The long tomorrow (O’ Bannon-Moebius, 1975), pero con un agradable sabor sudaca.
Ambientado en un futuro cercano y con tintes cyberpunk, esta novela gráfica nos sumerge en la vida de la detective Lorena Baffo, quien junto a personajes con nombres-homenaje como Walsh o Kirby, investiga una serie de asesinatos con los cuales ha soñado previamente. Y si a priori esta extraña situación confunde y asusta a Lorena, lo que más la perturba es que en esos sueños la ejecutora de los asesinatos es ella misma.
Narrado en ese blanco y negro -ideal para este tipo de historia- que tan bien le sienta a los dibujos de Jok, Reflejo es una historieta que no sorprende ni renueva al género, pero sin lugar a dudas es un buen relato clásico, entretenido, narrado de forma correcta y con un cierre redondito que no deja espacio para los cabos sueltos. Otro acierto de la colección Charquito de Loco Rabia. /Marcelo_Acevedo.doc
5/09/2017
"Luces de Neón" en Balance Negativo
Recomendamos una novela policial uruguaya: Luces de Neón de Rodolfo Santullo
Publicado el:
por
Micaela De Armas
Luces de Neón es la séptima novela de Rodolfo
Santullo dentro de la colección Cosecha Roja. Periodista, escritor,
guionista y editor de cómics, Santullo es un prolífero autor que
defiende el género policial en un país donde a veces predomina el
prejuicio y la ignorancia.
En* Luces de Neón *Santullo narra dos historias que se vinculan entre sí: un robo que ocurre en el casino de un hotel en Atlántida en 1986 y la golpiza de un empresario argentino que intenta reconstruir el hotel en el presente. Desde el principio de la novela Santullo nos deja claras pistas de cómo va a ser el final de la historia, poniendo al lector como cómplice de los hechos y revelando lo justo y suficiente para poder unir las historias. El lector puede deducir hacia dónde van los personajes, ahora lo que realmente importa es el cómo.
El desafío de desarrollar en paralelo estas historias mantiene al lector entretenido y enganchado, buscando puntos de encuentro y observando la evolución de los personajes entre el pasado y el presente.
Ambas historias están vinculadas por un personaje en particular. Vuelve Harrison Rey, investigador y ocasionalmente sicario, un personaje que Santullo introdujo por primera vez en la primera novela que inicia la colección: Sobres papel manila (2010). Es justamente su investigación de los hechos que va revelando el hilo narrativo y nos muestra distintas facetas y complejidades de los eventos que se desarrollaron.
El verdadero motor de la historia son los personajes, las motivaciones que tienen y lo que la vida les depara. Estos personajes pueden parecer estereotipados o encasillados a simple vista, pero si se lee con atención tienen muchas dimensiones que van descubriéndose a lo largo de la novela. Tomando Harrison Rey como ejemplo, el lector acostumbrado a leer novelas sobre investigadores de otros países se va a imaginar un estereotipo que Santullo poco a poco se encarga de desmitificar, poniendo los pies en la realidad de cómo podría ser un investigador en nuestro país, con las limitaciones y particularidades que esto implica.
En Luces de Neón Santullo pone sobre la mesa temas como la moral, la venganza, la traición, la búsqueda de un sueño y la codicia. Una novela entretenida y recomendable.
En* Luces de Neón *Santullo narra dos historias que se vinculan entre sí: un robo que ocurre en el casino de un hotel en Atlántida en 1986 y la golpiza de un empresario argentino que intenta reconstruir el hotel en el presente. Desde el principio de la novela Santullo nos deja claras pistas de cómo va a ser el final de la historia, poniendo al lector como cómplice de los hechos y revelando lo justo y suficiente para poder unir las historias. El lector puede deducir hacia dónde van los personajes, ahora lo que realmente importa es el cómo.
El desafío de desarrollar en paralelo estas historias mantiene al lector entretenido y enganchado, buscando puntos de encuentro y observando la evolución de los personajes entre el pasado y el presente.
Ambas historias están vinculadas por un personaje en particular. Vuelve Harrison Rey, investigador y ocasionalmente sicario, un personaje que Santullo introdujo por primera vez en la primera novela que inicia la colección: Sobres papel manila (2010). Es justamente su investigación de los hechos que va revelando el hilo narrativo y nos muestra distintas facetas y complejidades de los eventos que se desarrollaron.
El verdadero motor de la historia son los personajes, las motivaciones que tienen y lo que la vida les depara. Estos personajes pueden parecer estereotipados o encasillados a simple vista, pero si se lee con atención tienen muchas dimensiones que van descubriéndose a lo largo de la novela. Tomando Harrison Rey como ejemplo, el lector acostumbrado a leer novelas sobre investigadores de otros países se va a imaginar un estereotipo que Santullo poco a poco se encarga de desmitificar, poniendo los pies en la realidad de cómo podría ser un investigador en nuestro país, con las limitaciones y particularidades que esto implica.
En Luces de Neón Santullo pone sobre la mesa temas como la moral, la venganza, la traición, la búsqueda de un sueño y la codicia. Una novela entretenida y recomendable.
5/04/2017
"Hostil y Abjecto" en Central Mutante
Violencia para todos
Análisis del primer trabajo como autor integral de Fernando Baldó, Hostil y abyecto, polémica novela gráfica recientemente editada por Locorabia y Grupo Belerofonte.Jugando fuerte en primera
Desde ‘Los Canillitas’, tira serializada entre 2010 y 2015 con guión de Diego Agrimbau para la contratapa del matutino “Tiempo Argentino”, pasando por “Los Autómatas del desierto” -Historieteca, 2014-, también con Agrimbau, al título que nos ocupa, la evolución de Fernando Baldó en el campo de la historieta ha sido por demás de interesante, eso es un dato incuestionable. De correcto lapicista a soberbio artista integral con una voz muy personal y mucho para contar; dúctil también, para más datos, como evidencian los diferentes unitarios de fantasía épica que aportó a la extinta “Comic.Ar” y a “Terminus”, medio en el que también publicaba ‘Plan B’, ese inteligente homenaje-parodia al género superheroico.Baldó cuenta con un estilo muy personal para el dibujo, partiendo de un registro realista en el aspecto anatómico y una destacada labor en el desarrollo de fondos urbanos, con gran verosimilitud, que se entremezcla sabiamente con la rica expresividad gestual que siempre exhiben sus personajes. Esa característica distintiva, propia del caricaturismo, identifica a golpe de vista su trazo, sin volverlo excesivamente funny. La buena utilización del color gris, asimismo, en el sombreado y la profundidad, se convierte en un elemento constitutivo más de su narrativa, siempre fresca, sin importar la puesta en página o la división en la grilla de cuadritos con la que deba tratar.
Sin que lo supiéramos, coexistiendo con la época creativa de “Los Canillitas”, desde un blog propio y usando el seudónimo de Joaquín Martelli, nombre del protagonista de esta historia, Baldó desarrolló el trabajo a razón de una página por semana. Con esa periodicidad, que se mantuvo durante varios años, incluso, la obra obtuvo una gran cantidad de seguidores, lectores que se encontraron fascinados por la gran incorrección política y social que destilaba el webcomic. No obstante ello, la serie quedó inconclusa, ya que nunca llegó a subirse a la red su final definitivo.
Sobre fines de 2016, merced a una nueva colaboración entre Locorabia y Belerofonte, sellos que también recopilaron ‘Los Canillitas’, la historieta dejó el soporte digital para saltar al papel, en una linda edición de 104 páginas que la recupera en su totalidad. El tomo incluye más de treinta páginas nunca antes vistas, y un prólogo de Diego Agrimbau que viene a confirmar aquello que destacábamos arriba, “Hostil y abyecto” fue durante mucho tiempo un secreto bien guardado por su creador. No solo para nosotros.
Las muchas muertes de Martelli
Se hace difícil analizar el relato propuesto sin spoilear demasiado. Digamos que a veces, en la vida, uno trata una y otra vez de hacer las cosas bien, encontrando como única respuesta cachetazos, resultados opuestos a los esperados. En esas ocasiones adversas, sin la contención afectiva adecuada, la desesperación puede llevar a cruzar los límites. Algo de eso le ocurre a Joaquín Martelli, un treintañero empleado administrativo porteño, que opta por el suicidio, arrojándose desde la terraza de un edificio céntrico, cansado de padecer tantas desdichas juntas. No encuentra la muerte, como esperaba, pero ésta vez, ya que pronto sabremos que no ese fue su primer intento, pierde algo que hasta entonces conservaba, una relativa cordura frente a su desafortunado destino.Desde entonces, asistimos, mediante flashbacks astutamente concebidos y bien diseminados en la narración, a los distintos momentos previos que llevaron al oficinista a tomar la decisión del comienzo, siendo éstos tanto personales como laborales. Pero también, y sin que lo anterior opere como justificativo ante los ojos y la opinión del lector, observamos cómo se transforma en un psicópata perverso y vengativo que, sabiéndose inmortal, la emprende contra todos los seres que tuvieron algo que ver con su caída en desgracia. Y no acaba ahí su derrotero, por el contrario, todo el que tenga la desgracia de cruzarse con él terminará mal, o peor, según su particular y cambiante humor. Esta metamorfosis es muy interesante de leer, por la forma en que está trabajada. Tanto social como culturalmente, nada parece importarle al protagonista.
El ‘día de furia’ del rapado desempleado presenta un trasfondo psicológico que opera sutilmente sobre todo el contexto de la historia, con una temprana la referencia a lo que Sigmund Freud denominó la etapa anal del desarrollo humano, que a poco de desarrollarse las distintas situaciones, va convirtiéndose en una constante, con muchas y divertidas variantes. Hay momentos verdaderamente hilarantes por el fuerte grado de violencia y provocación que conllevan, pero también por lo ingeniosos que resultan. La superposición de estos hechos, lejos de saturar la lectura, divierte sobremanera.
Por lo demás, la consumación de la tan buscada venganza conlleva un giro algo imprevisto sobre el cierre de la historia, ya que si bien algunos indicios desperdigados aquí y allá podían llegar a indicar que la resolución iba a venir por el lado fantástico -implícito desde el inicio mismo de la trama-, Baldó se guarda una ficha que juega en la última y decisiva instancia. Así llega el verdadero final, circular y meta textual a la vez. Digno de Grant Morrison. Un detalle que vuelve al comic sumamente recomendable para lectores maduros, si lo que se busca es una buena historia, perturbadora, plena de emociones fuertes y sumamente bien dibujada. Si te encontrás con Joaquín Martelli por la calle, cruzá de vereda. Si te encontrás con “Hostil y abyecto” en la comiquería, no dejés pasar lo que seguramente se va convertir en un verdadero nuevo clásico nacional.
Sobre el autor
4/04/2017
"HOUNDS" en la diaria
Policía sobrenatural
Hace casi dos años, la editorial argentina Pictus publicó Misterios de cuarto cerrado,
un compilado de relatos policiales de corte clásico y, específicamente,
en esa suerte de subgénero o procedimiento invocado por el título;
participaron varios dibujantes (Leandro Fernández, Juan Ferreyra,
Kwaichang Kráneo, Lisandro Estherren, Juan Manuel Tumburús, Roberto
Viacava, Oscar Capristo y Matías Bergara), y Rodolfo Santullo fue el
guionista de todos los relatos, basados en textos de Edgar Allan Poe, GK
Chesterton, Arthur Conan Doyle, Wilkie Collins y Jacques Futrelle.
HOUNDS volumen 1, que se publicó en Argentina a mediados del año pasado y fue distribuido en Uruguay hace unos meses, repite el formato: una vez más, tenemos a Santullo a cargo del guion de una serie de relatos gráficos (en este caso, media docena), que adaptan -casi todos- cuentos clásicos con cierto vínculo de base, y la contraparte creativa de esos guiones es el trabajo de distintos dibujantes, entre los que se cuentan los más importantes de la escena historietística rioplatense contemporánea.
Pero en esta ocasión Santullo propone además un contexto que conecta las historias, como si se esbozara un universo ficcional compartido. El recurso no es nuevo, por supuesto: lo utilizó (fundacionalmente) Philip José Farmer (1918-2009) en las historias del universo Wold Newton; fue llevado al paroxismo en el cómic La liga de caballeros extraordinarios, con guion de Alan Moore e ilustraciones de Kevin O’Neill; y también se ha empleado en otras obras narrativas, como la serie de televisión Penny Dreadful, pero aquí Santullo, más atento al goce narrativo inmediato, no se esfuerza por dar detalles de ese mundo compartido (como sí lo hizo, abrumadoramente, Moore), aunque todos los relatos hacen referencia a la organización que da nombre al libro, sobre la cual el prólogo, no historietístico, nos explica que se dedica a la investigación de fenómenos paranormales y al combate contra el mal sobrenatural.
Los textos adaptados -cada uno de ellos presidido por la figura de un detective o investigadorson “La casa invisible”, de William Hope Hodgson; “Té verde”, de Joseph Sheridan Le Fanú; “Culto secreto”, de Algernon Blackwood; “Los señores del más allá”, de Seabury Quinn, y “La gente serpiente”, de Robert Howard. Por último, el relato titulado “La maldición de los gitanos” es el único que no se apoya en la trama de un texto anterior: aunque está inspirada en el Dracula de Bram Stoker, se trata de una historia original de Santullo.
Todas las adaptaciones funcionan muy bien, y en cierto modo los relatos más flojos remiten a un original de calidad relativamente menor. Blackwood, Hodgson y Le Fanú son maestros indiscutidos de lo weird, el horror y la fantasía, ante los cuales incluso Robert Howard (un escritor más “irregular”, pero acaso más interesante en cuanto a, precisamente, la creación de mundos ficcionales detallados) puede parecer de segunda fila, y está claro que Quinn, en el mejor de los casos, no pasó de ser un eficiente escritor de pulps en el que es fácil encontrar tanto lo mejor como lo peor de ese formato. “Los señores del más allá” parece el momento más flojo de HOUNDS, pese a que el arte de Horacio Lalia, como cabía esperar, está entre lo mejor del libro desde el punto de vista gráfico.
El cuento de Howard -fácilmente incorporable al continente de fronteras difusas de los mitos de Cthulhu, ya que si bien no hace referencia directa a las deidades del panteón lovecraftiano moviliza el recurso del culto satánico que opera en lo más profundo y pantanoso del sur de Estados Unidos- no está entre lo más interesante de ese autor, sin duda, pero en su sencillez narrativa funciona bien, ilustrado adecuadamente -aunque no de manera deslumbrante- por Oscar Capristo.
Posiblemente el mejor de los relatos de HOUNDS sea “Culto secreto”, tanto en el original literario como en la adaptación, ilustrada con gran belleza por Sebastián Cabrol. Están llevadas con soltura y aciertos, tanto en el guion como en las ilustraciones, las adaptaciones de Le Fanú (dibujada con magnífica expresividad por Lisandro Estherren) y la de Hodgson (con el arte a cargo de Matías Bergara, que aporta una de las mejores páginas del libro, con la que abre el relato), una fantasía disfrazada de antifantasía, o acaso viceversa. Es interesante, de paso, señalar que el único relato que no es una adaptación, “La maldición de los gitanos” (con excelentes dibujos de Facundo Percio), resulta uno de los mejores ejemplos en el libro de un guion perfectamente redondo, efectivo a más no poder.
Buena parte de la producción más reciente de Santullo se ha apoyado en adaptaciones y reescrituras de textos literarios; en todos los casos -desde Cuarenta cajones hasta Regreso a las montañas de la locura, que obtuvo el año pasado el premio Onetti de la Intendencia de Montevideo en la categoría de narrativa gráfica- ofrecen buenos momentos de disfrute historietístico, pero acaso HOUNDS volumen 1 esté ligeramente despegado del resto. La propuesta, sin duda, rinde para no pocos volúmenes, y cabe esperar una segunda entrega.
HOUNDS volumen 1, que se publicó en Argentina a mediados del año pasado y fue distribuido en Uruguay hace unos meses, repite el formato: una vez más, tenemos a Santullo a cargo del guion de una serie de relatos gráficos (en este caso, media docena), que adaptan -casi todos- cuentos clásicos con cierto vínculo de base, y la contraparte creativa de esos guiones es el trabajo de distintos dibujantes, entre los que se cuentan los más importantes de la escena historietística rioplatense contemporánea.
Pero en esta ocasión Santullo propone además un contexto que conecta las historias, como si se esbozara un universo ficcional compartido. El recurso no es nuevo, por supuesto: lo utilizó (fundacionalmente) Philip José Farmer (1918-2009) en las historias del universo Wold Newton; fue llevado al paroxismo en el cómic La liga de caballeros extraordinarios, con guion de Alan Moore e ilustraciones de Kevin O’Neill; y también se ha empleado en otras obras narrativas, como la serie de televisión Penny Dreadful, pero aquí Santullo, más atento al goce narrativo inmediato, no se esfuerza por dar detalles de ese mundo compartido (como sí lo hizo, abrumadoramente, Moore), aunque todos los relatos hacen referencia a la organización que da nombre al libro, sobre la cual el prólogo, no historietístico, nos explica que se dedica a la investigación de fenómenos paranormales y al combate contra el mal sobrenatural.
Los textos adaptados -cada uno de ellos presidido por la figura de un detective o investigadorson “La casa invisible”, de William Hope Hodgson; “Té verde”, de Joseph Sheridan Le Fanú; “Culto secreto”, de Algernon Blackwood; “Los señores del más allá”, de Seabury Quinn, y “La gente serpiente”, de Robert Howard. Por último, el relato titulado “La maldición de los gitanos” es el único que no se apoya en la trama de un texto anterior: aunque está inspirada en el Dracula de Bram Stoker, se trata de una historia original de Santullo.
Todas las adaptaciones funcionan muy bien, y en cierto modo los relatos más flojos remiten a un original de calidad relativamente menor. Blackwood, Hodgson y Le Fanú son maestros indiscutidos de lo weird, el horror y la fantasía, ante los cuales incluso Robert Howard (un escritor más “irregular”, pero acaso más interesante en cuanto a, precisamente, la creación de mundos ficcionales detallados) puede parecer de segunda fila, y está claro que Quinn, en el mejor de los casos, no pasó de ser un eficiente escritor de pulps en el que es fácil encontrar tanto lo mejor como lo peor de ese formato. “Los señores del más allá” parece el momento más flojo de HOUNDS, pese a que el arte de Horacio Lalia, como cabía esperar, está entre lo mejor del libro desde el punto de vista gráfico.
El cuento de Howard -fácilmente incorporable al continente de fronteras difusas de los mitos de Cthulhu, ya que si bien no hace referencia directa a las deidades del panteón lovecraftiano moviliza el recurso del culto satánico que opera en lo más profundo y pantanoso del sur de Estados Unidos- no está entre lo más interesante de ese autor, sin duda, pero en su sencillez narrativa funciona bien, ilustrado adecuadamente -aunque no de manera deslumbrante- por Oscar Capristo.
Posiblemente el mejor de los relatos de HOUNDS sea “Culto secreto”, tanto en el original literario como en la adaptación, ilustrada con gran belleza por Sebastián Cabrol. Están llevadas con soltura y aciertos, tanto en el guion como en las ilustraciones, las adaptaciones de Le Fanú (dibujada con magnífica expresividad por Lisandro Estherren) y la de Hodgson (con el arte a cargo de Matías Bergara, que aporta una de las mejores páginas del libro, con la que abre el relato), una fantasía disfrazada de antifantasía, o acaso viceversa. Es interesante, de paso, señalar que el único relato que no es una adaptación, “La maldición de los gitanos” (con excelentes dibujos de Facundo Percio), resulta uno de los mejores ejemplos en el libro de un guion perfectamente redondo, efectivo a más no poder.
Buena parte de la producción más reciente de Santullo se ha apoyado en adaptaciones y reescrituras de textos literarios; en todos los casos -desde Cuarenta cajones hasta Regreso a las montañas de la locura, que obtuvo el año pasado el premio Onetti de la Intendencia de Montevideo en la categoría de narrativa gráfica- ofrecen buenos momentos de disfrute historietístico, pero acaso HOUNDS volumen 1 esté ligeramente despegado del resto. La propuesta, sin duda, rinde para no pocos volúmenes, y cabe esperar una segunda entrega.
HOUNDS volumen 1
Con guiones de Rodolfo Santullo y dibujos de Matías Bergara, Sebastián
Cabrol, Oscar Capristo, Lisandro Estherren, Horacio Lalia y Facundo
Percio. Editorial Pictus, 2016. 103 páginas.
Ramiro Sanchiz
4/03/2017
"Viejos Canallas" recomendado en Página 12
Viejos canallas
Carlos Trillo y Domingo Mandrafina / Grupo Belerofonte/LocoRabiaEn Viejos canallas Trillo y Mandrafina revisitan uno de sus trabajos más fructíferos: Spaghetti Bros. El original narraba los años de juventud y madurez de cinco hermanos italianos plagados por la desgracia y la vileza (casi siempre, propia). En las dos novelas gráficas de este tomo la dupla narra lo mismo, pero contado desde la perspectiva de un sobrino que busca los recuerdos familiares para escribir “la próxima gran novela norteamericana”. Prueba cabal del oficio de la dupla, el relato se sostiene de principio a fin, pero lo cierto es que no aporta mucho a la saga original, más allá de alguna anécdota repleta de iniquidades de alguno de los hermanos Centobucchi y el dibujo de Mandrafina.
https://www.pagina12.com.ar/28463-recomendaciones
3/30/2017
"El Oro del Zar" en Zona Negativa
Historietas desde Latinoamérica #119 – El Oro del Zar
Por Mariano Abrach
Después de casi medio año de inactividad, vuelve la sección de Historietas desde Latinoamérica
y con un nuevo replanteo a sostener al menos durante este año. Por
cuestiones diversas (tiempos, motivaciones, deseos, etcétera), desde
ahora la sección se dedicará casi exclusivamente a reseñar la mucha
producción historietística reciente de este parte del mundo, intentando
abarcar lo más posible. Es decir, a diferencia del año pasado en el cual
nos dedicamos por entero al seguimiento de las noticias de cómics a
publicarse o eventos a realizarse, a partir de ahora nos abocaremos a lo
ya hecho: la reseña del libro publicado, la crónica del evento
realizado (siempre que pueda llegar a nuestras manos y que podamos
asistir, respectivamente).
La primera medida será ponerse al día con muchísimo material acumulado en la pila de “para reseñar”, comenzando ahora mismo con un título que combina autoría y edición de Argentina y Uruguay, pero nos lleva a otra punta del globo: Rusia.
21 de julio de 1904, Moscú. Parte el primer viaje del Transiberiano
con destino a Vladivostok, atravesando todo el territorio del Imperio
Ruso con una extensión de casi 10 mil kilómetros y una duración de 9
días. El momento es crítico: la Rusia zarista se encuentra en guerra con
el Japón (también imperial) en pugna por controlar territorios que
serían estratégicos comercial y militarmente para ambos bandos.
Ese contexto es el que elige Rodolfo Santullo para narrar esta historia, en la que para una vez más (y como es común en su amplia bibliografía) en un hecho histórico real y lo ficcionaliza permitiéndose licencias narrativas y agregándole elementos de su propia creatividad a lo que cuentan los libros y las enciclopedias. Esa combinación se le probó más que efectiva en otros trabajos que llevan su firma (como Malandras, Tacuara o Los últimos días del Graf Spee) y funciona de igual manera en El Oro del Zar, que resultó no solo en un buen libro sino también en su segundo Premio Trillo consecutivo al mejor guionista de la historieta publicada en Argentina (con la curiosidad de portar ciudadanía uruguaya).
La mera mezcla de ficción e historia real no es suficiente, no obstante, para lograr una buena historia que atrape y entretenga como lo hace este volumen. Para llegar a ese objetivo hace falta mucho más y El Oro del Zar lo tiene: en el planteo de desarrollarse en un espacio limitado y con un período igualmente acotado (nueve días a bordo de un tren); en el objeto preciado y deseado (las arcas del Imperio Ruso para financiar la dura guerra en el extremo oriente); en varios bandos con la mira fija en el mismo objetivo, ya sea para robárselo como para protegerlo de las manos ajenas.
La trama se desarrolla así, con un ritmo narrativo ágil y varios
cambios en la relación en torno al preciado metal, según se van
preparando los intentos de robar el tren y según van fracasando (o no)
de una escena a la otra hasta el final. Las diferentes motivaciones y
también las diversas características de los que revolotean sobre el
tesoro sazonan la historia, jugando con tipos de personajes comunes pero
bien presentados: aventurero, femme fatal, espías, militares de los dos
bandos en guerra, más un tercer grupo que lucha contra la opresión de
esos dos; y todos ellos arriba de un mismo tren de un punto al otro del
continente. Con esos estereotipos sabe manejarse muy bien el guionista
uruguayo denotando su pasión por varios géneros a la misma vez: las de
aventuras, los western, las de espionaje, las históricas.
En efecto, El Oro del Zar tiene mucho de homenaje a esos tipos de historias, y con ello también al modo en que solían presentarse: el folletín, el pulp. En ese sentido, cabe notar el hecho de que originalmente este cómic se publicó serializado en la web Historietas Reales de a varias páginas por vez, y que esta edición en papel coeditada por Loco Rabia, Estuario y Grupo Belerofonte como un guiño a todo esos clásicos formatos en las márgenes tiene fingidas “fallas de impresión” y “desgastes del papel”. En este punto es donde criticaría la edición física en lo que refiere a la elección del papel ilustración, ya que habría sido más apropiado a este juego optar por otro tipo como ser un papel ahuesado lo cual además habría mejorado el resultado final del cómic.
Volviendo a la narrativa de esta historieta, es de destacar por un lado la capacidad de Santullo para ir poniendo en situación al lector sin necesidad de contar con otros datos, informando de la guerra de Rusia y Japón y más detalles del contexto histórico en los diálogos de los personajes, así como de las intenciones de cada uno conforme va avanzando la historia. Igualmente destacable es la tarea del dibujante Marcos Vergara, quien trabaja muy bien en la transición de una página a la otra, en particular cuando debe pasarse a diferentes escenarios y subtramas jugando, por ejemplo, con el humo del tren o el vuelo de una paloma mensajera para guiar la lectura.
Fruto de ese trabajo conjunto, entonces, El Oro del Zar es una historieta muy bien lograda y cautivadora en su lectura, que se lee muy bien de un tirón como también se disfrutaba con la entrega por páginas original, disfrutándose de la aventura, la acción, la intriga y el suspenso, en pugna por el oro del Zar Nicolás II cuyo destino (y el de quienes lo codician) no se conocerá hasta el final de la historia.
http://www.zonanegativa.com/historietas-desde-latinoamerica-119-oro-del-zar/
La primera medida será ponerse al día con muchísimo material acumulado en la pila de “para reseñar”, comenzando ahora mismo con un título que combina autoría y edición de Argentina y Uruguay, pero nos lleva a otra punta del globo: Rusia.
El Oro del zar
Edición original: El Oro del Zar (Loco Rabia, Estuario, Grupo Belerofonte); 2015.
Guión: Rodolfo Santullo.
Dibujo: Marcos Vergara.
Entintado: Marcos Vergara.
Color: Marcos Vergara.
Formato: Rústica, 120 páginas,.
Guión: Rodolfo Santullo.
Dibujo: Marcos Vergara.
Entintado: Marcos Vergara.
Color: Marcos Vergara.
Formato: Rústica, 120 páginas,.
Ese contexto es el que elige Rodolfo Santullo para narrar esta historia, en la que para una vez más (y como es común en su amplia bibliografía) en un hecho histórico real y lo ficcionaliza permitiéndose licencias narrativas y agregándole elementos de su propia creatividad a lo que cuentan los libros y las enciclopedias. Esa combinación se le probó más que efectiva en otros trabajos que llevan su firma (como Malandras, Tacuara o Los últimos días del Graf Spee) y funciona de igual manera en El Oro del Zar, que resultó no solo en un buen libro sino también en su segundo Premio Trillo consecutivo al mejor guionista de la historieta publicada en Argentina (con la curiosidad de portar ciudadanía uruguaya).
La mera mezcla de ficción e historia real no es suficiente, no obstante, para lograr una buena historia que atrape y entretenga como lo hace este volumen. Para llegar a ese objetivo hace falta mucho más y El Oro del Zar lo tiene: en el planteo de desarrollarse en un espacio limitado y con un período igualmente acotado (nueve días a bordo de un tren); en el objeto preciado y deseado (las arcas del Imperio Ruso para financiar la dura guerra en el extremo oriente); en varios bandos con la mira fija en el mismo objetivo, ya sea para robárselo como para protegerlo de las manos ajenas.
En efecto, El Oro del Zar tiene mucho de homenaje a esos tipos de historias, y con ello también al modo en que solían presentarse: el folletín, el pulp. En ese sentido, cabe notar el hecho de que originalmente este cómic se publicó serializado en la web Historietas Reales de a varias páginas por vez, y que esta edición en papel coeditada por Loco Rabia, Estuario y Grupo Belerofonte como un guiño a todo esos clásicos formatos en las márgenes tiene fingidas “fallas de impresión” y “desgastes del papel”. En este punto es donde criticaría la edición física en lo que refiere a la elección del papel ilustración, ya que habría sido más apropiado a este juego optar por otro tipo como ser un papel ahuesado lo cual además habría mejorado el resultado final del cómic.
Volviendo a la narrativa de esta historieta, es de destacar por un lado la capacidad de Santullo para ir poniendo en situación al lector sin necesidad de contar con otros datos, informando de la guerra de Rusia y Japón y más detalles del contexto histórico en los diálogos de los personajes, así como de las intenciones de cada uno conforme va avanzando la historia. Igualmente destacable es la tarea del dibujante Marcos Vergara, quien trabaja muy bien en la transición de una página a la otra, en particular cuando debe pasarse a diferentes escenarios y subtramas jugando, por ejemplo, con el humo del tren o el vuelo de una paloma mensajera para guiar la lectura.
Fruto de ese trabajo conjunto, entonces, El Oro del Zar es una historieta muy bien lograda y cautivadora en su lectura, que se lee muy bien de un tirón como también se disfrutaba con la entrega por páginas original, disfrutándose de la aventura, la acción, la intriga y el suspenso, en pugna por el oro del Zar Nicolás II cuyo destino (y el de quienes lo codician) no se conocerá hasta el final de la historia.
http://www.zonanegativa.com/historietas-desde-latinoamerica-119-oro-del-zar/
3/29/2017
"Hostil y Abjecto" en La Gaceta de Tucumán
Hostil y Abyecto
31 Dic 2016
14
Siempre disfruto conocer artistas nuevos y descubrir
buenos cómics. Hay veces en las que compro cosas que son un insulto al papel en
el que se las imprimió y sin dudas me siento estafado por apostar a ciegas. En
este sentido, hay editoriales que tienen una media de calidad en lo que
publican y no es muy arriesgado aventurarse con sus libros, una de éstas es
Loco Rabia, responsable de libros como El color de la nieve, El dormilón o
Reflejos. Hace un par de semanas llegó un título que prometía mucho, Hostil y Abyecto de Fernando Baldó.
Con un estilo limpio y muy definido, Baldó es un
maestro a la hora de crear entornos urbanos y situaciones cotidianas. Es capaz
de darle dinamismo y emoción hasta a unos personajes que se sientan a comer
unos morcipanes o hacer interesante lo que les pasa a unos revisteros. Cuando
tiene que dar el giro hacia lo violento, su estilo se potencia sin llegar en
ningún momento a lo grotesco, incluso en momentos muy sangrientos. Es de esos
dibujantes que con un buen guionista hace cómics que seguro van a funcionar muy
bien.
Sin embargo, Hostil y abyecto supone un trabajo como
artista integral. Su historia es algo que vimos antes: un fracasado, en este
caso Joaquín, que tiene una excusa perfecta para desquitarse de los que
hicieron que su vida sea un asco. A nivel dibujo creo que es una de sus mejores
obras y podemos apreciar estos cambios de ritmo e intensidad narrativa a los
que nos tiene acostumbrados. Además nos damos con planos difíciles y secuencias
de mucha acción en las que se luce. El problema está en el guion, la historia
de Joaquín, después de que descubre que es inmortal y se desata, es muy buena.
Sin embargo, hay que diferenciar entre un buen guion y un buen argumento.
Muchas de las motivaciones de Joaquín son demasiado básicas y prácticamente una
excusa para esa seguidilla de situaciones violentas que tiene el cómic. Joaquín
es un personaje muy bidimensional que actúa por inercia, sin pensar en otra
cosa que lo inmediato. No hay un gran plan, ni algo que lo haga evolucionar.
Simplemente, como dije algo, está para justificar esas situaciones. En
realidad, estas explosiones son algo por lo que pasa un escritor cuando está en
fase de crecimiento y descubre que el sistema en el que estamos inmersos está
muy mal y es sumamente injusto. En los diálogos se hace aún más evidente, sobre
todo en las explosiones que tiene Joaquín. Aquí se convierte en un alter ego de
Baldó y descarga contra todo lo que le moleste sin ningún tipo de impunidad.
Sin un giro fuerte, esto queda en nada más que el autor insultando con otra
cara. Lamentablemente, el giro final es rebuscado, también visto y muy brusco.
Es más, es tramposo. En ningún momento prepara o da indicios para ese giro, y
esto no solamente hace ruido, sino que tira toda la historia por el balcón.
A pesar de sus imperfecciones y ese giro lamentable al
final, Hostil y Abyecto es divertido y una delicia a nivel visual. No esperen
uno de los mejores cómics del año, porque dista
de serlo, pero si quieren algo violento que los haga pasar un buen rato,
este es su cómic.Sebastián Aguilera
http://www.lagaceta.com.ar/blogs/kaboom/713618/hostil-abyecto.html
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