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Hora de balance: un puñado de lo mejor que nos dejó el 2010 en el universo de las historietas. Por Juan Manuel Domínguez
Cena con amigos (LocoRabia y Belerofonte)
¿Cómo alterar la historieta argentina desde una historia sencilla, un misterio sobre una muerte entre amigos, que usa la idiosincrasia como valor neto dentro del relato? Cena con amigos, obra del guión de Santullo y los dibujos de Vergara – alguien demasiado importante para la historieta argentina–, lo explican de una forma tan simple como increíble: sin apelar a excesos o gestos, sabiendo narrar sin apurar y sin doblegarse frente al obligado formato de página.
Lint – Acme Novelty Library #20 (Drawn & Quaterly)
La exploración de la historieta como medio a partir de sus posibilidades alcanza en el número 20 de la maravilla de Chris Ware su punto más ambicioso. Desde el nacimiento hasta la muerte de un personaje secundario de su saga Rusty Brown, Ware humaniza con una frialdad técnica experimental, con un uso nuevo de las posibilidades del color y alterando hasta las formas de lectura occidentales. Lint es la obra maestra del mejor historietista de nuestra era.
Súper (Burlesquitas)
Unas paginitas, unas pocas, le sobran a Fran López para jugar con la potencia que pocos, casi ninguno, tienen. Encastrando frases sentidas, de corazón con agujeritos, en los globos correspondientes a una lucha superheroica de Súper A vs. Súper B (que al mismo tiempo pelea con el estilo de López, esa línea nerviosa, intencionalmente tensa y descansada), el autor demuestra que antes que discurso, lo que tiene que sobrar es corazón. Aunque esté partido.
Batman & Robin (DC Comics)
Batman/Bruce Wayne murió. ¡Que viva, entonces, el rey Gran Morrison! Amo multidimensional del homenaje a Golden Age que convierte en pleno presente, Grant Morrison escribe el nuevo Batman –mientras, obvio, cocina la vuelta del otro– que enamorará al nuevo milenio: canchero, con corazón, bigger than bigger than life, épico, clásico (hasta hace que el vetusto “desenmascarar a tal personaje” sea divertido). Y así nomás, nos tatúa el mejor Batman de todos: el que nos hace querer más todos los ya leídos.
Scott Pilgrim Vol. 6: Scott Pilgrim Finest Hour (Oni Press)
Desde 2004, con el primer Pilgrim (¡que ahora se consigue acá en librerías!), estábamos esperando la gran final: Scott vs. Gideon. El ganador se queda con Ramona (eso si Ramona quiere). La mini-épica de Brian Lee O´Malley, que devino grito generacional no tan a su pesar, es la reactualización del mito Archie y Spiderman para el que quiera leerlo –que, en su sano juicio, sería cualquier tipo que disfrutó de un videojuego, de amigos, de estar enamorado o del karate.
Bastonazos de ciego (LocoRabia y Burlesque)
La edición nacional de artistas de Latinoamérica es una excepción. La felicidad (un decir, considerando la melancolía universal que se crea desde lo particular) es que si el libro es la recopilación de la tira web del colombiano Andrezzinho, la excepción deviene excepcional. No sólo en el mercado editorial, sino dentro del ampollado rubro “autobiografía confesionaria”, en el que Andrezzinho es una voz única, tan tranquila y lúcida para contar, como confundida y entendible a la hora de enamorar, enamorarse, quebrar y quebrarse.
Shi Long Pang the Wandering Shaolin Monk (www.shilongpang.com):
No es que Shi Long Pang… vaya a sacarle el podio a Usagi Yojimbo en el asunto de historietas hechas en occidente que recrean y hacen recreo el medievo oriental a fuerza de ninjas, samurais, honor y esas cosas que en los papeles quedan tan bien. Pero tanto en la web como en el reciente tomo recopilatorio, Ben Costa ha creado –¡y gratis!– uno de los universos ficcionales más coherentes y atrapantes que, al menos hoy, un viernes pueda dar.
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