8/13/2012

"Dengue" en Cuadritos

Pican, pican los mosquitos

por Andrés Valenzuela 


Un gran trabajo de dibujo y color acompañan un guión sin fisuras

Meses atrás, Rodolfo Santullo confió a Cuadritos que con su siguiente novela gráfica en compañía de su coterráneo Matías Bergara iban a desconcertar a más de uno, porque no iban a recorrer el camino de la historieta histórica. “Esto va para cualquier otro lado”, afirmó. Tenía razón. El guionista mexicano-uruguayo, responsable de Grupo Belerofonte y presidente de la Asociación Uruguaya de Creadores de Historieta, no habla aquí de nazis en Montevideo ni de dictadura latinoamericana. Tampoco recorre los años del primer peronismo, como hace en Fierro con su otro compadre, el argentino Dante Ginevra.
No. En Dengue -que presentará hoy a las 16 en Crack Bang Boom junto a otros libros de su sello- Santullo habla de calentamiento global, de medios, de investigaciones farmacéuticas y, sobre todo, de mosquitos. Porque se trata de una novela gráfica que oscila entre el relato de ciencia ficción y el policial más o menos negro. Como además el guionista tiene un oído muy atento al habla rioplatense, se cuela algún que otro ribete de costumbrismo gracias a la naturalidad con la que dialogan los personajes.
¿De qué va la cosa? En el sur americano el calentamiento global convirtió a Montevideo en una ciudad “tan tropical como Managua”. De suerte que la gente se olvida qué era eso de usar pullover, pero aprende bien pronto a tener que usar trajes aislantes (un extenso homenaje al Eternauta), porque el aire se oscurece de tantos mosquitos. Bichitos que, además, transmiten el dengue. El problema con esto es que no sólo contagian el dengue, y el dengue hemorrágico. También contagian algo más.



La dupla se lleva bien con la ciencia ficción y el policial

Con esa premisa, buenos personajes -creíbles, bien montados- y una trama muy bien urdida, Dengue tiene una historia de alto nivel. De esas que se exigen a la hora de hablar de aventura moderna. Hay un punto muy importante y destacable en los personajes, que no son tantos (dos, tres centrales, y una media docena de personajes secundarios más o menos relevantes), pero están bien definidos. Todos tienen sus vicios, sus motivaciones y sus frustraciones para hacer avanzar la historia. Santullo suelta algo de humor áspero y mucho suspiro de sudaca resignado a que las cosas no marchen como se supone.
La otra pata del trabajo se lo lleva un Bergara sobresaliente. Si el trabajo del muchacho en Los últimos días del Graf SpeeActo de guerra había gustado, aquí la cosa sólo podría molestar a quienes porfiaran con que mantuviera su trabajo en acuarelas. El uruguayo gana en plasticidad y ofrece rostros muy bien definidos, con personalidades propias y fuertes. La gestualidad del Sargento Pronzini, personaje central de la historia, es impecable. Algo jetón, el mentón adelante, las sienes blancas, la barriga y los hombros algo caídos.
El color (digital, esta vez) le quita calidez a la narración, pero la vuelve más vibrante, lo cual acuerda con el tono que Santullo parecía desear para el relato. Lo notable es que Bergara recurre a una paleta bastante oscura, en la que predominan los azules. Si otro color gana la página, suele ser el tono  del crepúsculo. Está bien que así sea: a los personajes, al cabo, los cubrieron los mosquitos. Y los mosquitos, como esta historia, pican.


La connivencia entre gobiernos y corporaciones, central en la trama.

 http://avcomics.wordpress.com/2012/08/11/12517/

No comments: